Fuerte no soy ››› Reik
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“Me dises que te vas porque ya no soportas tu amarga soledad
Que ya no soy romántico como cuando te empecé a conquistar
Que me olvidé de los pequeños detalles que te hacían vibrar
Que me robe una armadura de acero difícil de penetrar”
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*Poché*
Dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde...
En este momento de mi vida me encuentro a punto de perder a la persona que más amo en el mundo por culpa de mis celos y mis inseguridades.
Daniela Calle, mi hermosa novia, la persona más especial y maravillosa en mi vida
Es hermosa en todos los sentidos, inteligente, noble, guapa... Simplemente maravillosa, lo que cualquiera podría desear.
Me ama y la amo, de eso no hay ninguna duda
Pero últimamente mis inseguridades están saliendo a flote haciéndome tener problemas con ella
Y justo por eso es que estoy a punto de perderla
Y no quiero eso.
Retrocedamos esta historia para recordar el motivo por el cual estoy a punto de perder al amor de mi vida...
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««Pasado
Me encontraba cómodamente en el sofá con mi novia en brazos mientras veíamos “La Sirenita”, su película favorita
Comíamos palomitas mientras yo le hacía cariñitos en el cabello
Era un momento hermoso, solo nosotras dos demostrándonos nuestro amor
Nuestro momento se vio interrumpido por el sonido del celular de Calle que avisaba la entrada de una llamada
Ella se levantó y tomo el celular contestandolo, yo tomé el tazón de palomitas y me dispuse a seguir viendo la película
—Hola Juanpa - saludo mi novia con bastante emoción - Tan bobo - río por algo que le dijieron al otro lado se la línea
Juan Pablo otra vez - pensé
Siguieron hablando durante un rato, había demasiada emoción en la voz de Calle y demasiadas sonrisitas al hablar con el
Sin poder evitarlo los celos fueron despertando en mi
Dejé el tazón de palomitas en la mesa de centro y me cruze de brazos
—Me parece perfecto, ahí estaremos - siguió diciendo - Nos vemos luego, te quiero
Cuando corto la llamada me miro y sonrió
—Juanpa nos invitó este fin de semana a la fiesta de su hermano - dijo contenta
-—Que bien - dije, al contrario de ella sin emoción en mi voz
—¿No quieres va ir? - pregunto sentándose a mi lado
—En realidad me da igual si vamos o no - le respondí sin importancia
