Todo empezó el 01 de Octubre de 1989, 43 mujeres de todo el mundo dieron a luz, sin embargo no mostraban signos de embarazo, dieron a luz inesperadamente.
Fueron ocho niños los que tuvieron "el gran honor" de ser adoptados por el millonario excéntr...
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GRACEINSERTÓ UN disco en el tocadiscos que se encontraba al final de la sala, este comenzó a reproducir un audio. Tomó una pequeña campana para sacudirla causando sonido, el cual, los pequeños y adolescentes Hargreeves comprendieron como llamada a comer.
Estos llegaron y se posicionaron tras sus respectivas sillas esperando al mayor, Reginald. Esté llegó, arrastró la silla y miro a la chica que se encontraba frente a el; Vanya.
—Sentados ━mandó.
Todos los presentes se sentaron frente a la mesa comenzando a ingerir la comida que estaba en sus platos.
Luther le lanzaba pequeñas miradas a Allison, Diego tallaba su silla con un cuchillo, Klaus forjaba una hojita con mota, Ben leía y Vanya solo comía.
La pequeña Delilah miraba a Cinco, sabiendo que estaba pasando por su mente y que intentaría hacer. Él, sin embargo, miraba con enojo a su padre.
Clavó un cuchillo llamando la atención de todos.
—¡Número cinco! ━llamó su atención.
—Tengo una pregunta ━entrelazó sus manos encima de la mesa.
—El conocimiento es una meta adorable pero saben que está prohibido hablar durante las comidas. Interrumpes a Herr Carlson ━sacudió su mano con un cuchillo en el aire señalando el techo.
—Quiero viajar en el tiempo.
—No.
—Pero estoy listo, practiqué los saltos espaciales que dijiste ━se teletransportó a un lado de el━. ¿Ves?
—Un salto espacial es insignificante comparado con las incógnitas del salto del en el tiempo. Uno es como deslizarse por el hielo, el otro es como descender a ciegas a las profundidades del agua helada y reaparecer como una bellota ━explicó.
—Pues... No lo entiendo ━respondió.
—Y es por eso que no estas listo ━soltó Reginald fastidiado.
Él miró a la pequeña numero siete, ella negó.
—No tengo miedo.
—No es la cuestión los efectos secundarios que tendría en tu cuerpo y en tú mente son impredecibles ━azotó los cubiertos en el plato━. Escucha ¡Te prohíbo que vuelvas a hablar de esto!
Cinco miró, ahora, a la pequeña ocho, tenía la cabeza abajo, sus cabellos pelirrojos tapaban su cara.
Él, aún más furioso, salió de la casa, con su padre gritando que regresará. Ocho se levantó, pero antes de que corriera tras de el, Reginald la detuvo.
—No te atrevas a irte.
Ella se volvió a sentar, todos siguieron comiendo tranquilamente.
Afuera, número Cinco traspasaba las rejas de la grande academia, dirigiéndose a la calle: ━¿Qué no estoy listo? ━musitó viajando a diferentes años.
Al dar el último salto no contaba con lo que se encontraría.
Un mundo destruido, todo ardía, cenizas caían del cielo.
Se preocupó. Corrió hacia atrás, regresando a la ahora destruida academia.
