Descubrimiento.

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Como cualquier otro día la clase 1A esperaba pacientemente el nuevo anuncio que haría su tutor, sabían que pronto los exámenes para saber su género secundario se harían y muchos estaban emocionados o nerviosos pues su género secundario podría definir cosas importantes en su futuro.

Actualmente en la sociedad se le daba trabajos importantes a betas y omegas por ser "interesantes" pues era realmente raro ver a uno tomando un puesto muy alto en una empresa o simplemente como héroe. Usualmente se miraba a los alfas reinando los mejores puestos en cualquier lugar ya que, naturalmente, eran más fuertes y dominantes.

- Los exámenes de género secundario se adelantaron, Recovery los espera en la enfermería para realizarlos - habló adormilado como de costumbre.

Todos en el aula guardaron un silencio sepulcral esperando a que fuese algún tipo de broma aunque ya sabían que no era así, su profesor no bromeaba.

El primero en hablar, como siempre, fue el presidente de clase.

- Profesor, con todo respeto me parece poco profesional que éste tipo de eventos se hagan sin previo aviso para dar información tanto a estudiantes como padres de familia - dijo moviendo el brazo con rigidez.

- Sus padres ya están al tanto de la situación jóven Iida, pueden salir en silencio y con calma, no quiero quejas ni alboroto -miró a toda la clase y se adentró a su saco de dormir - cuando regresen que sea en silencio - dijo antes de cerrar los ojos.

Todos fueron pasando uno por uno a la sala blanca, se hacían la prueba y volvían al salón de clases en completo silencio pues los nervios los estaban consumiendo, tendrían que esperar al menos tres días para saber el resultado de los exámenes que se habían realizado mientras tanto los nervios estarían respirandoles en la nuca ansiando saber su segundo género.

- Oye Kiribro - dijo el rubio de mechón negro - ¿Cuáles crees que sean nuestros resultados? Yo creo que seremos alfas - flexionó los brazos hacia arriba mientras lo decía.

-No lo sé hermano, puede salir cualquier cosa, yo creo que seré beta y lo más probable es que Bakugo sea un alfa - respondió sin perder la sonrisa.

- Quiero ser un alfa, así voy a atraer muchas omegas lindas, seré popular entre ellas y estaré en el top de las listas de popularidad.

- Viejo, aún si no lo eres puedes hacerlo - dijo rascando su nuca.

- No lo creo pero da igual, para el lunes sabremos que somos y estoy emocionado por ello - sonrió haciendo seña de victoria.

- Yo me siento nervioso - ambos guardaron silencio pues estaban a punto de entrar al salón de clase y no querían desobedecer al azabache.

El día transcurrió con normalidad a excepción de los nervios que adornaban el ambiente. Terminaron las clases y todos estaban guardando sus cosas para irse a casa en silencio a excepción de tres chicos, un rubio, un pelirrojo y un azabache.

- ¿Entonces si iremos a mi casa? - preguntó el rubio - ¿o iremos a la de Sero?

- Yo digo que a mi casa, mis padres salieron de viaje por negocios y no habrá nadie - dijo sonriente el pelinegro.

- ¿Estás seguro viejo? ¿No tendrás problemas con tus padres? -.

- No lo creo, desde antes que se fueran les avisé a ambos que llevaría visitas -.

- En ese caso apoyo la idea de ir, ¿Irás Bakugo? - preguntó volteando a dónde estaba el cenizo.

- Como si quisiera perder mi tiempo con ustedes - se cruzó de brazos y se recargó en el pupitre.

- Si irá - volteó a susurrarles a sus amigos - Ya lo conocen.

Los tres rieron en voz baja para evitar los gritos de cenizo, terminaron de guardar sus cosas y se encaminaron a la salida los cuatro.

- ¡Oigan! - les gritó la pelirrosa a una distancia un tanto retirada - ¡me olvidan!

- ¡Ven con nosotros linda, iremos a mi casa! - respondió el azabache haciéndole seña de acercarse con la mano.

Katsuki rodó los ojos, Eijiro sonrió y por algún motivo Kaminari trató de ignorar la situación finjiendo tener su atención en otra cosa; la chica se acercó y de un salto abrazó a Hanta, saludó de beso en la mejilla a Eijiro, le sonrió a Bakugo e intentó saludar a Kaminari quién simplemente le sonrió dulcemente tratando de no verse grosero.

Había un nuevo sentimiento incrustandose en el pecho del chico de orbes ámbar y él no sabía identificar de que se trataba pues nunca había sentido tal mezcla de sensaciones. Afortunadamente para él nadie más se dió cuenta del revoltijo que ocurría en su interior y se fueron con normalidad a la casa del moreno. Cuando menos se esperaban ya se encontraban en la sala de estar encendiendo la televisión.

Katsuki estaba "sentado" en la mitad del sillón, Mina estaba sentada al otro extremo y Eijiro en el suelo mientras que Denki y Sero estaban en la cocina buscando algo dulce para comer pues tenían antojo. La chica comenzó a buscar en la tv algún programa que le produciera intriga y al no encontrar decidió levantarse a conectar la consola que tenía el azabache en la sala.

— Eiji, ¿sabes dónde están los juegos de Mario Kart? No están aquí.— Dijo después de darle una ojeada al mueble que tenía en frente.

— Ah, creo que sí.— Hizo una pausa para hacer memoria.— Ya vuelvo.

El pelirrojo se levantó y encaminó a la habitación del moreno, subió las escaleras y en par de segundos dejaron de verle. Mientras tanto el rubio eléctrico y el azabache seguían en la cocina.

— ¿Tienes azúcar? Quiero hacer palomitas acarameladas.— Dijo el más bajo.

— Claro, solo déjame.. — Lo movió por la cintura con ambas manos dejando la izquierda ahí, abrió rápidamente la alacena frente a él con la otra mano y bajó la azúcar.— Aquí está, cualquier otra cosa que no encuentres me dices.— Giró el rostro con dirección al contrario y le dió una pequeña sonrisa quitando lentamente su mano del rubio y yendo al refrigerador.

El más bajó sintió como poco a poco sus mejillas y orejas se coloreaban de rosa e intentó no ser tan obvio pasándose un pequeño paño húmedo por la cara con excusa de limpiarse. Se sentía confundido con respecto a lo que la situación le causó en el interior pues sintió la necesidad de esconderse en el cuello del moreno y aspirar su fragancia hasta embriagarse en ella aún sin saber exactamente cuál era.

Aún con todo eso en la cabeza puso empeño en hacer sus palomitas con éxito, se quemó las manos un par de veces por voltear a ver al azabache cada vez que entraba nuevamente a la cocina pues hacía vueltas llevando las cosas que sacaba de distintos lugares de la cocina para sus amigos.

N.A.
Si bueno, traigo una nueva historia porque estoy contento, tendré algo que quiero así que es suficiente motivación para haber terminado éste capítulo y sacar una nueva historia. Espero que la disfruten.<3

Fresca amargura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora