𖧧࣪ lagrimas

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Dos meses más tarde

El orfanato Sunshine, ubicado en Gangsang, un pueblito de Pulsan recibía en su recepción a Soobin y Hueningkai, que iban para solicitar una respuesta que les habían prometido ido hace dos meses y poco más, la encargada en todo momento se mantuvo callada sin decir algo, ignorándolos.

Soobin veía con ilusión a través de una ventana enorme a distintos niños jugar en el jardín trasero, todos reían mientras jugaban con otros más grandes, más al fondo veía chicos tímidos que se escondían, quería ir y conocerlos, hablarles y jugar pero no podía sin una autorización, tras sus espaldas estaba Soobin, soltando un suspiro, impaciente por lo que fueran a responderles, su dedo pulgar recibiendo esos pequeños actos de ansiedad, Hueningkai se dio cuenta y envolvió su mano como apoyo para regalarle una inestable sonrisa que luchaba por verse tranquila.

Un sentimiento mutuo que deseaban transmitirse fuera cual fuera la respuesta.

Después de unos minutos la directora salió con un documento donde estaban sus pruebas así como algunas sesiones con psicólogos, ambos se levantaron con inquietud, pero la dura expresión de la mujer llena de indignación les bajó un porcentaje de esperanza y aún más, cuando los recibieron en sus manos sin señales de ser revisadas antes.

—Dada la situación en la que se encuentran, hemos decidido negarlo, los horarios no coinciden y los sueldos tampoco, agregando que él tiene un trastorno.

—Mi esposo ha estado yendo a terapia hace más de un año y está saliendo adelante, puedo decir que está por darse de alta.

—Nuestros sueldos también son estables, eso nunca ha sido negado directora Jung. — Reprendió Soobin, viendo a la mujer con cierto recelo.

La expresión le cambió a una más dura, diciendo justamente las palabras que ningún otro orfanato había dicho antes inventando otras excusas como el sueldo. -Esos niños esperan a un papá y a una mamá, recibir las felicitaciones de sus padres y los besos de sus madres, deben entender eso caballeros. Tengan una feliz tarde.

Hueningkai titubeo para no llorar y Soobin apretó las manos, ambos quedándose un tiempo en la recepción totalmente atónitos, retirándose luego del edificio. ¿Deberían finalmente rendirse? Romper su sueño dónde se veían con un pequeño disfrutando de las tardes de películas, viernes de pizza y domingos de pereza.

 ࣪  ぇ  𝘄𝗲 𝗮𝗿𝗲 𝗷𝗮𝘂𝗻𝗲  ─  sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora