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He decidido separar los drabbles de Ineffable Bureaucracy e Ineffable Husbands (Dulce infierno) ^^, así que aquí si ya leíste los primeros puedes saltártelos :3, espero que te gusten los demás <3 <3 <3

* * *

Había algo en él.

Podía sentirlo aunque jamás lograra verlo. Simplemente estaba. Dentro, en el fondo de su mente, de su pecho, de su sangre.

Había algo en él.

Nada encontró para explicarlo, nada anunció su llegada. Inminente se limitó a aparecer. Dentro, en el fondo de su mente, de su pecho, de su sangre. Un dolor suave y luminoso. Ilógico.

Y no importa cuánto buscara, cuanto intentara recordar, cuantas preguntas hiciera. Se hiciera. Simplemente jamás lo encontraría. Nadie respondía, nadie hablaba. En cada eco profundo e indómito en sus pensamientos, en el desierto escondido que siempre fue pecho, aquello se plantó sin permiso, un dolor suave cuyo avance no se detendría.

Cada respuesta evasiva, cada emoción descontrolada, la desesperación y el vacío, todo recuerdo bloqueado al que intentara llegar, sabía (no sabía), entendía (no entendía), que nunca (jamás) tendría posibilidad de alcanzar.

Por más que intentara.

(Aunque existía algo ahí).

Por más que pensara.

(No tenía la menor duda).

Aunque sufriera una segunda eternidad.

(No sabía, no entendía que jamás...).

En ningún momento, ni ahora, ni mañana.

(Ni después).

Nunca encontraría su respuesta. Aún si estaba, aún si existía. Porque descubrir que había algo en él superaba la línea de un simple error. Error del que ya no podía regresar. Porque había algo en él y la duda que lo carcomía por saber, por tener, por entender la razón, sabía, el castigo que por años estuvo en su busca. Rastreándolo, vigilante. Esperando en el tiempo con su precioso tesoro. Paciente, sensato. Aguardando el momento indicado para tomarlo entre sus inefables manos.

Y no importa cuánto buscara, cuanto intentara recordar, cuantas preguntas hiciera, encontrar la respuesta le fue prohibido. Para su mente y su desierto. Para sus recuerdos y el dolor suave. Dentro; en el fondo de su pecho, en su sangre, en el mayor y en el más diminuto recoveco en su piel, solo podría saber que en él había algo.

Especial.

(Ancestral).

Divino.

(Antiguo).

Algo indecible, delicioso y abominable. Empíreo. Recompensa magnánima a la que jamás podría entender, aplicar, otorgar razón suficiente para añorar de esa forma tan vulgar. Para desear. Para... querer. Solo sabía. Ahí estaba y ahí se quedaría. Las memorias bloqueadas en su mente y la zozobra idílica delirante, ahí lo mantendría. Haría que la duda lo carcomiera.

Lo haría aceptar.

(Ríndete).

Lo haría doblegarse.

(Cede).

Lo haría rogar.

(Cae).

Arrojaría a su espalda anhelo insufrible, al menor descuido inundaría su desierto oleaje colosal de almibarado suave dolor. Carcomido por la duda. Deshecho por el deseo. Sufriente por toda la incertidumbre, ganadora del fuego más ardiente en su infierno... Beelzebub se rendiría.

Tomad y bebedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora