Salí del baño y me encontré con gente en el pasillo, pero solo algunas personas. Ellos me miraron con cara rara. Sabía lo que pensaban. Me lo habían dejado claro miles de veces. Hablaban en murmullos cuando pasé a su lado. Los escuchaba decir cosas feas de mí, como siempre.
Hubo una vez en la que tuve una amiga. Era mi mejor amiga desde que íbamos a prescolar. Nunca supe por qué se alejó de mí, o quizás sí; aunque era mejor ni pensarlo. Ella me había dejado para formar parte del grupo de los populares. Yo no encajaba con ellos. La chica gorda nunca encajaría con ellos.
Seguí caminando para llegar hasta el salón donde tenía clases. Tantos pensamientos cruzaron por mi cabeza mientras subía las escaleras, tantos miedos ocultos durante años, tantas veces que no me defendí y dejé que me pisotearan. Todas las veces que no aguanté más y que deseé que todo terminara.
Todo ese dolor y miedo, de alguna forma, se habían transformado en un odio oculto. Mantenía todo eso tan profundamente guardado que nadie nunca lo sabría. Y ya nadie nunca lo sabrá. Quizás.
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La víctima en mí ©
Novela Juvenil¿Cuánto dolor puedes ocasionarle a una persona? Un ser humano tiene un máximo de resistencia. Pero una vez que se cruzan los límites, ¿será capaz de resistir? Ciertamente la vida de una adolescente no debería tener preocupaciones como estas. Nadie s...