SCARED. - Sirius Black.

Capítulo nueve

HA SIDO OTRA SEMANA DESPUÉS DE LA PELEA. Ambos se perdonaron el uno al otro y fingieron que lo que sucedió nunca sucedió. Fue incómodo para Solís ya que lo disfrutó. Fue incómodo para Sirius porque había pensado que era espeluznante de su parte unirse a su cama. Ambos no sabían lo que estaba pasando en la cabeza del otro y decidieron dejarlo atrás.

"Faltan 31 semanas". Solis suspiró.

"Todos estamos aquí para ti Solís". Stella la tranquilizó.

En este momento, el nuevo grupo de amigos está sentado en las tres escobas. Disfrutando de su sorbo de cerveza de mantequilla a excepción de la mujer embarazada.

"Lo sé. Lo que quise decir es que tengo 31 semanas hasta que pueda volver a beber cerveza de mantequilla". La niña admitió haber hecho reír al grupo.

"¿Tenías una obsesión por la cerveza de mantequilla antes del embarazo?" Preguntó Sirius.

"Sí. ¿Cómo es que la gente no ama la cerveza de mantequilla?"

"Si estoy embarazada, creo que temería no poder beber té helado. En tu caso, estudié que el té también contiene cafeína que podría ser dañina". Gwen apareció en la conversación.

"Bueno. Gracias a Merlín, no estás embarazada, ¿verdad?" Jaime rió entre dientes.

"¿Sigues pensando en dejarme embarazada?"

"Pensé que dijiste que lo estás considerando."

"Bueno, seguramente no ahora Jamie." La chica resopló.

"Entonces, ¿algún día entonces?" James movió las cejas.

"Cállate." Gwen se sonrojó.

"Creo que ustedes deberían tener su propio bebé por el bien de Merlín". Murmuró Sirius.

"Cállate canuto." Gwen replicó.

"Buena idea." James rió.

"Está bien. Pero Gwen tiene razón, el té puede ser dañino. Tiene cafeína. No bebas bebidas muggles como Soda también." Remus insertó.

"Remus Lupin, ¿crees que podamos conseguir una bebida muggle aquí en Hogsmeade?" Solis puso los ojos en blanco. Su estado de ánimo como de costumbre, son muy bipolares. Se estaba poniendo cada vez peor a medida que el embarazo progresa.

"Cierto." Remus se rió entre dientes.

"¿Qué vamos a hacer después de esto?" Preguntó Peter.

"Gwen y yo nos estamos separando de todos ustedes, solteros". James dijo con aire de suficiencia.

"Rudo Cornamenta." Remus puso los ojos en blanco.

"Sigue con el acto inteligente y serás parte de los solteros, Jamie." Gwen dijo con una voz extremadamente dulce.

"Lo siento amor." James se rió entre dientes.

"Bueno, creo que Solís y yo vamos a volver. Quiero decir, ¿si quieres?" Sirius preguntó torpemente.

"Uhm... sí."

"¿Pasó algo con ustedes? La tensión sexual es una locura". Preguntó Stella.

"¿Qué tensión sexual?" Solís preguntó. "¿Escuchaste eso? Es hora de volver. Vamos, uhm Siri". Ella se puso de pie. "Hasta luego chicos". Alejando a Sirius. Se las arregló para despedirse.

"Algo definitivamente pasó." Gwen asintió.

——

"Lo siento si yo- te hice sentir incómoda la semana pasada al unirme a tu cama sin permiso. No hemos hablado de eso." Comenzó Sirius.

"Yo-yo no estaba incómoda. Yo- bueno, fue reconfortante de alguna manera y no te detuve. Así que, no te castigues por lo que pasó. Yo también lo siento por hacer las cosas incómodas."

Sirius se rió. Para él, Solís es una chica fascinante. Puede ser tan audaz y valiente como un Gryffindor, pero también tan bondadosa y paciente como un Hufflepuff. Quizás fueron solo los cambios de humor.

"Está bien. Para ser justos, me gusta esto. La comunicación. Me ayuda a entender". El niño admitió haber hecho sonreír a la niña.

"Bueno, es cierto, la comunicación es la clave de una relación". Dijo la niña.

Caminaron de regreso al castillo. Sin notar un par de ojos grises similares a los de Sirius mirándolos a ambos. Era la mirada de interrogatorio. Mirada de incertidumbre.

"¿Qué estás mirando Black?" Preguntó un niño.

"Nada, Rosier. Ocúpate de tus propios asuntos." Regulus gruñó.

"El hecho de que seas el favorito del señor oscuro en este momento, no significa que me inclinaré ante ti Black". Felix Rosier respondió en el mismo tono.

"Bueno, deberías estarlo." El heredero Black respondió en un tono peligroso.

El chico Rosier se burló. "Estoy tratando de ser cortés contigo, pero un día. Un día, me aseguraré de que te inclines ante mí".

"Pruébame." Regulus dijo y abandonó la escena.

Pensamientos orbitando su mente. Puede sentir un resplandor, un resplandor de otro Black. No de Sirius, sino de otra persona. Regulus también tenía curiosidad por saber por qué la escoria mujeriego de un hermano se queda con una chica. Solis Edwards. Hermosa sin duda alguna. Pero desprendía un aura, un aura, que le recuerda a un Black. Un pensamiento hizo clic en la cabeza de Regulus. Ese hermano suyo ha dejado embarazada a la niña, un mestizo además. Pensar en esta gran posibilidad hace que el estómago de Regulus se revuelva. La idea de que sus padres se enteren es espantosa. Un último favor para el hermano más querido, pensó Regulus.

——

"Siri". Ella gritó.

"¿Sí?"

"Dime mas sobre ti." Preguntó la chica de ojos azules.

"¿Por qué la intriga repentina?" Sirius sonrió.

"Quiero conocer al padre de mi bebé. Te contaré sobre mí a cambio".

"Está bien. Bueno, cuando era pequeño, mi hermano y yo nos llevábamos muy bien. Incluso cuando estábamos en casas separadas, nos llevábamos bastante bien. Fue justo cuando las cosas empezaron a ir mal cuando empezamos a separarnos. Tiene prejuicios como ellos, siempre trata de complacer a nuestros padres, lo cual hizo. Como yo soy el fracaso de la familia, él es el niño de oro."

"¿A qué te refieres cuando las cosas van mal?"

"Mis padres se convirtieron en monstruos abusivos peores. Usaron la maldición cruciatus sobre nosotros. Tanto Reg como yo, incluso cuando no hicimos nada, nuestros padres desahogaban al lastimarnos".

"No lo sabía. Lo siento si abrí algunas heridas de la infancia".

"Está bien. Háblame de ti entonces."

"Bueno. Sabes que nunca he conocido a mi papá. Sin embargo, no me molesta. Acabo de escuchar que mis abuelos habían abandonado a mi mamá cuando ella se enamoró y se casó con un hijo de muggles. Mis abuelos aceptaron y entendieron a su hija antes de morir." Solis le dijo a Sirius. "Sí. Mis abuelos también tenían prejuicios por naturaleza. Eran de los Fawley. Prejuiciosos pero no lo suficiente como para ser mortífagos".

"He oído hablar de ellos. Supongo que fueron acusados de traidores de sangre".

"Sí. Aunque los amo. Se convirtieron en parte de mi vida cuando tenía 7 años y me mimaban con dulces todo el tiempo". Solís sonrió al recordarlo.

"Todo el mundo sabe que mi familia tiene prejuicios. Pero no le enseñaré a nuestro bebé las tonterías de la pureza de la sangre".

"Lo sé." Ella sonrió.