Marta

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Me levanté mereada, pensé que sería por la resaca de anoche. Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina a desayunar, cuando acabé me preparé y me fuí al colegio, allí ví a mis amigas y a mi novio, tocó la sirena así que no pude ir a saludarlos y me dirigí directamente a clase, pasé un día normal como otro cualquiera.
Cuando volví a casa no había nadie, mis padres estaban de viaje de negocios, de repente empecé a escuchar ruidos pensé que estaban intentando entrar a robar, por eso corrí hacia la cocina a coger una sartén para poder defenderme, cuando me dí cuenta tenía un precioso perro a mis pies.¡Mis padres se han acordado de mi cumple! Decidí llamarlo Canela ya que era de un tono amarronado, en la mesa encontré una carta que decía:

Hola Marta
No hemos podido llegar a tiempo a tu cumpleaños, espero que te guste tu regalo.
Muchos besos, tus padres que te quieren.
                                         

Tuve una gran emoción al saber que se habían acordado de mí cumpleaños, ya que era raro que lo hicieran. Estuve un rato acariciando a mi nueva mascota hasta que sonó el timbre, era mi novio Lucas, el crush de medio instituto, un chico de ojos azules, rubio, alto y muy muy guapo, también era muy cariñoso y amable, y yo era justo lo contrario morena, bajita, y tenía muy mal humor, eso a él le gustaba, ya que siempre estaba haciéndome rabiar.

Cuando entró en casa me dió un regalo gigante, cuando lo abrí me puse muy contenta ya que era el tocador que llevaba mucho tiempo queriendo.

Espero que te guste esta historia y sigas leyendo.

La triste vida de una adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora