06. "Italia"

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Los hermanos estaban saliendo del acensor y miraban como era el edificio, parecía una película de terror para ellos. Una mujer tocaba el piano mientras que movía bruscamente su cabeza, los tres caminaban esquivando el agua que había en el suelo, caminaban escuchando a aquellas teclas sonar, vieron por el cristal a una mujer tocando con su cabello en su cara, eso asustó un poco al señor Cho y los hermanos dieron unos pasos atrás. Pasaron por la tintorería, al asomarse quien que planchaba los amenazó con un solo gesto: pasando la plancha casi cerca de su cuello y con una mueca como si fuese un asesino. Por supuesto que no sería rival para ellos, ellos pensaron de inmediato. Los tres se acercaron a un restaurante italiano y a los italianos se les iluminó el rostro al ver que había un restaurante que quizás los haría sentir como en casa.

Beatrice: un restaurante italiano -dijo dibujando una sonrisa en su cara. Veían al chef bailando con una copa, cuando este los vió, los amenazó igual. Pasaron por un estudio de baile y vieron a un hombre bailando súper extraño, en cualquier momento se partiría en dos

Vincenzo: ¿que le pasa? ¿Está enfermo? -preguntó el italiano-Coreano frunciendo el ceño. Aquel hombre se pegó al cristal gritando mientras que con su mano tocaba el cristal bruscamente asustándolos por completo

Beatrice: Definitivamente -contestó. Lo miró extrañada y continuó con su camino. Seguían caminando y vieron a una pareja peleando. Siguieron caminando y vieron lo mismo, pero con una madre e hijo, el hijo abrió la puerta gritando asustándolos por completo, Vincenzo casi se cae y dejó que la pared lo detuviera, intentaba respirar y veía a la misma mujer tocando el piano mientras que su cabello le cubría la cara

Beatrice: ...No tengo nada que decir -murmuró respirando agitadamente-

Vincenzo: deben estar locos...
murmuró el también. Se quitó el saco y comenzó a caminar rápido mientras que los otros dos lo seguían, Vincenzo pasaba sus manos por su cabello algo frustrado luego se volteó en dirección del coreano y de la italiana quien era su hermana.Vayamos a la habitación secreta -ordenó obligándose a sí mismo a sonreír-

—— El negocio de antes quebró, ahora está alguien más estable -dijo antes de esconder sus labios-

Beatrice: ¿seguro? ¿Aquí? -lo miró incrédula y este miró para el otro lado-

—— ...son muy educados -dijo para luego sonreír-











Fueron hacia allá y vieron que era un templo, se acercaron al cristal y vieron a un hombre sentado con los ojos cerrados.

Vincenzo: ese monje está sentado...-dijo antes de ser interrumpido por su hermana-

Beatrice: sobre 15 toneladas de oro -comentó sorprendida. Vincenzo sonrió, pero en eso apareció un monje asustándolos de nuevo, salió y les dijo que aquel hombre estaba ayunando y que deberían limpiar su ropa y despejarse. —




Ambos obedecieron y llevaron su ropa a la tintorería

Vincenzo: quisiera un lavado seco -comentó amablemente-

"Todos somos villanos" - Vincenzo CassanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora