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Entonces si nosotros nos basamos en las clases anteriores, podremos tener una respuesta inmediata en el examen. Será una segura, recuerden bien eso. Sólo deben estudiar, aunque tampoco es que les tomaré la fotosíntesis. Eso es de primer grado. ¿De acuerdo? - la profesora de biología se oía en el aula mientras caminaba frente a la pizarra blanca.-

Cada alumno frente a ella la escuchaba en silencio, pero siempre asintiendo con sus cabezas.

Digamos que esto no era normal en el mundo, lo sabemos muy bien, pero aquellos adolescentes de escuela privada estaban amenazados por sus padres. Padres que le pagaban dichos estudios.

El único que no prestaba atención, era Kim Seokjin.

El joven daba de su atención a el anotador frente a sus ojos, se concentraba en su nuevo plan, obviamente tenía que ver con Namjoon. Todo se trataba de Namjoon. Quizá era peligroso si alguien le arrebatada dicho objeto; lo primero que harían sería tacharlo de acosador o algo peor, pero casi nadie se animaba a acercarse a este.

De por sí raramente lo hacían y ahora con aquel rumor que se había divulgado, mucho menos. Seokjin se convertía en el raro y al que todos temían. Su mirada profunda y sobradora los alejaba amenazante, más aún luego de que Namjoon aquel día pateara traseros.

En los pasillos de la escuela se decía que quién tocaba a Seokjin, corría peligro;

1) te conviertas en gay o
2) Tendrías que escapar de Namjoon.

Claro estaba que esto hacía fantasear al de cabellos castaños como nunca, tenía la ilusión cada vez que los relacionaban o la gente decía que Namjoon era el "guardaespaldas" de Seokjin. Lo que no sabía en su pobre enamoramiento, era que Nam sólo estaba ayudando. No existía algo más allá de ayudar.

Ahí estaba ansioso destrozando a su pobre lápiz que mordia con dientes blancos e inquieto en su silla, sentía e incluso la corbata de su uniforme le quitaba el aire. Le urgia salir y buscar a Namjoon, podía imaginarse la escena de su nuevo plan saliendo a la perfección finalizando con un beso de película.

Mientras iba leyendo la hoja donde narraba todo, su corazón se aceleraba de nervios, amor y desesperación. Terminó partiendo el lápiz en medio de aquel silencio, la mina astillada lastimando su esponjoso labio inferior y haciendo por efecto consecuente una cantidad de sangre manchar su boca.

Todos voltearon a verlo, seokjin levantó la mirada rápidamente. Pudo sentir como se lo comian con los ojos.

El los fulminó.

Señor Kim. ¡Tiene la boca con sangre! - la profesora gritó histérica señaladole desde lejos con el dedo índice hacía la boca del joven Kim-

Seokjin ni siquiera se había dado cuenta hasta oír a la superior. Tampoco se percató del dolor. Fue ahí que acarició su propio labio y bajó los ojos a sus manos de porcelana atrapado en un trance, se quedó contemplando el sabor de su boca y el color en ahora su dedo manchado.

Cinco segundos bastaron para volver a oir a la superior.

¡Señor Kim! ¡Está sangrando! - gritó nuevamente y se sacó sus lentes asustada. -

El adolescente no respondió, aún con una herida que sangraba haciendo un camino de gotas hasta su mentón comenzó a guardar sus útiles y cuadernos en la mochila para colgarla en hombros y salir de allí esquivando las miradas como al aire. Había dejado a su profesora de boca abierta, con una sensación de preocupación pero también indignación y a unos compañeros murmurando que aquel estaba demente.

"¿Ese loco estaba sangrando?" "Dios, Seokjin parecía drogado" "cada día me da más miedo" "está demente, pobre de sus padres que deben estar con él" entre otras tantas palabras.

Hello, Namjoon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora