Después de separarse durante años, Yoongi vuelve a ver a su pequeño amigo de la infancia, Hoseok, quedando ambos en un grupo a debutar, donde ambos comienzan a crear sentimientos hacia el otro atrayendo criticas y rumores de la sociedad.
+HopeGi
+Ro...
La noche era linda, pero su vida era un asco, no tenía comunicación con sus padres, mucho menos con su hermana. Jung Hoseok, un pequeño niño de tan solo cinco años de edad, que nunca sale de casa, siempre custodiado por sus padres quienes insisten en tenerlo seguro dentro de su hogar.
Casi daba la media noche y él seguía sin poder dormir, aunque jugó durante todo el día con sus juguetes, su cuerpo no se sentía cansado, sin embargo, decidió salir un momento al balcón y poder apreciar la luna llena que recién aparecía esa noche.
Apoyando sus pequeños brazos en el barandal, notó la presencia de alguien más, alguien desconocido, una persona que jamás había visto antes. Era otro niño, no lo conocía, era completamente nuevo ante sus ojos.
Ni siquiera había pensado en dirigirle la palabra o siquiera mirarlo, pero su repentina apariencia lo hizo girar su pequeña cabeza para observarlo. Tan solo lo miraba, apreciando su piel blanca y sus pequeños ojos los cuales miraban con atención la enorme luna de aquella luna.
—¿Te gusta mirar así a todos? —cuestionó el extraño niño después de sentir una mirada sobre sí.
Hoseok entró en una pequeña crisis, no pensó que aquel niño notaría su presencia, mucho menos que le hablara. Empezó a tartamudear y balbucear, no sabia que decir, quería que la tierra se lo tragara. Estaba nervioso aunque no sabía por qué.
—Y-yo... Solo estaba —titubeó el menor—... N-no te había visto antes por aquí.
—Es porque recién me mudé —respondió para ahora mirar el rostro ajeno—. Pero jamás te veo en la calle, ¿No sales a jugar? —soltó sin delicadeza alguna.
—M-mamá dice que salir a la calle podría hacerme daño —explicó Hoseok casi susurrando—. Nunca he jugado con otros niños antes.
—¿Sales a aquí todas las noches? —preguntó el mayor.
—Ah... Casi todos los días —Respondió Hoseok.
—Bien —soltó sin más—, ¿Tu nombre?
—Ah... Hoseok, Jung Hoseok, pero puedes decirme Hobi —respondió sonriente.
—Bien, Hobi, puedes llamarme Gigi.
—¿Gigi? —se preguntó a si mismo bajando la mirada—. ¿Ese es tu nombre? —y en cuanto alzó la mirada, el niño había desaparecido.
A pesar de no haber hablado durante mucho tiempo, le había agradado, aunque fuera bastante serio y distante a su parecer, le generó algo de confianza y seguridad. Sin duda le hubiera gustado seguir hablando con él aunque no fue posible, al menos no esa noche.
—Gigi —repitió una vez más—. Espero verte mañana —se dijo a si mismo para después mirar a su al rededor y entrar de nuevo a su habitación.
Sin duda, quería ver una vez más a aquel niño tan misterioso, iba a verlo, aunque fuera en sus sueños.
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