🖤🔹Entre muros🔹🖤

🔹1🔹

Brahms se había quedado solo con el corazón destrozado, después de curar su herida y reparar al muñeco, puso en marcha el plan que durante las noches planeaba para no volver a estar sólo. Éste se había asegurado que nunca más estaría sólo, contrataría a la niñera perfecta y la obligaría a quedarse para toda la vida con él, sin importar el costo, él la tendría para él y sólo para él.

En su pequeño cuarto, escondido entre las paredes de la gran casa, se encontraba Brahms haciendo pequeños anuncios. En estos escribía que los padres de Brahms debían de salir a un viaje y no podían llevar a su hijo con ellos, especificó algunas cosas, la cantidad de paga y por último el número de teléfono. Al terminar, salió de su escondite y fue al cuarto de sus padres, buscó ropa un poco decente y corrió a bañarse.

Llenó la tina de baño un poco, se quitó la ropa que siempre usó y se metió lentamente en la tina. Hacía mucho tiempo desde que se había dado una ducha, era realmente mágico volver a sentir el agua en su cuerpo, los ricos aromas que emanan los productos para el cuerpo eran exquisitos. Después de un largo rato, salió y se vistió, bajó hasta el sótano y metió su ropa a la lavadora. En lo que su ropa estaba ya secándose, Brahms buscó más ropa de su talla y la metió en un cuarto que cerró antes de irse.

Salió de la casa con ropa limpia, e incluso su máscara estaba más limpia que antes. Caminó hasta un lugar de pocos habitantes, Brahms sabía que en aquél lugar no habitaba mucha gente y que eran de bajos recursos, esto haría que las niñeras se interesaran más al ver la paga que ofrecían. En la noche fría y oscura Brahms sólo se dedicó a pegar los carteles por doquier. Al terminar corrió a casa llegando al amanecer, cansado y hambriento. Comió lo poco que había y después de terminar empezaron a llegarle llamadas.

Brahms estaba feliz por haber conseguido lo que quería, pasó aproximadamente una semana recibiendo llamadas de señoras que querían el trabajo y mientras, el había limpiado la casa, que ahora estaba como nueva. No fue hasta el octavo día en el que recibió una llamada que cambiaría la vida de muchos.

^Llamada^

—Buenas noches, ¿Hablo a la casa de los Heelshire?.— se escuchó una voz joven y femenina del otro lado del teléfono.

—Así es, supongo llama por el trabajo.— contentó Brahms forzando un poco la voz para figurar la de un viejo.

—Sí, quiero...— la joven habló sin terminar por la interrupción de Brahms.

—Está contratada, si usted así lo desea.— interrumpió sin dejar hablar a la chica.

—Yo...— la joven se encontraba del otro lado del teléfono pensando si aceptar o no, su familia estaba pasando por momentos difíciles y realmente necesitaba el dinero.

—Claro que quiero trabajar, ¿Cuando...?.— nuevamente fue interrumpida.

—Empieza mañana mismo, le diría que la esperamos temprano pero nos vamos hoy en la noche y me temo que no nos podremos ver. De todas formas le dejo una lista de instrucciones de todo lo que tiene que hacer, no tendrá ningún problema.— explicó Brahms a la chica.

—De acuerdo.— habló del otro lado del teléfono.

—Señorita, antes que nada quiero que sepa que nuestro hijo es especial, queremos que lo acepte tal y como es, aparte, si usted lo trata bien el igual la tratara a usted, espero y no juzgue a nuestro hijo por ser como es.— Brahms siguió explicando a la joven.