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T/n miró el pijama y le pareció bastante tierno que Brahms le halla hecho un regalo sólo por regresar, pero ella sabía perfectamente que planeaba irse en cuanto llegaran sus padres y eso le partía el corazón por ser tan cruel con alguien que no le había hecho daño y tan sólo buscaba algo de amor. Brahms observó detrás de las paredes como T/n se ponía su regalo, el creía que la pijama era bonita pero en T/n se veía espectacular, era una cosa del otro mundo con el atuendo que era simple pero le daba un toque especial, ambas se complementaban entre sí. La chica se miró en el espejo y observó el atuendo desde distintos ángulos, realmente le quedaba a la perfección, una tierna sonrisa de felicidad no tardó en aparecer en el rostro de T/n, provocando a su ves que Brahms igual sonriera de felicidad.

T/n salió corriendo de su habitación y se dirigió a la de Brahms, entró y abrazó al muñeco, lo cargó y dió vueltas con el, todo esto mientras agradecía mil veces por el regalo. El ambiente era de felicidad y amor, todo hasta que un ruido extraño se escuchó desde abajo, era un sonido como de golpes, golpes en la puerta principal. T/n se dirigió hacia el lugar de donde provenían aquellos sonidos, bajó las escaleras y cuando estaba ya a tan sólo unos escalones, vió que la puerta de la entrada estaba entre abierta, bajó despacio sin hacer ruido y la cerró de igual manera, revisó a sus costados pero no había nadie, un miedo incontrolable entró por todo su cuerpo cuando escuchó voces. Todo le pareció extraño pues los Heelshire no le habían notificado de su llegada, caminó hasta las voces y antes de llegar se percató que no eran los Heelshire, si no un grupito de tres hombres. Su corazón se aceleró y rápido se escondió del otro lado de la pared, escuchando todo lo que decían.

Al parecer, los tres tipos pensaban que la casa estaba totalmente abandonada, para T/n era muy absurdo pero para Brahms no. T/n decidió esconderse hasta que los tipos se fueran o tal vez llamar a la policía, fuera como fuera, tenía que llegar a su habitación. Caminó lentamente pero uno de los hombres se dió cuenta de su presencia en los pasillos, al T/n escuchar que la habían descubierto, corrió con el muñeco en brazos y los tres tipos corrieron tras de ella. T/n corrió sin mirar atrás con la ventaja de eso y de que conocía más la casa que aquellos hombres. Corrió escaleras arriba y ya estando ahí fue directo a su habitación, cerró la puerta y rápido tomó el teléfono para llamar a la policía, estaba por llamar pero, se dió cuenta de que la encontrarían y se la llevarían, no quería irse pero tenía que hacer algo así que tomó el teléfono y marcó, pero ésta vez la suerte no estaba de su lado pues la línea se había cortado. Sin más que hacer tomó al muñeco y se escondió con él bajo la cama. El silencio gobernó todo por unos segundo pero después fue interrumpido por los golpes que los hombres estaban dando a las puertas para abrirlas, el sonido cada ves se escuchaba más cerca de la habitación, el miedo recorría el cuerpo de T/n y no podía controlar sus nervios. Los golpes se escucharon en su puerta y cada vez aumentaban la intensidad del golpe para abrirla, cuando ésta se abrió, los hombres entraron e inspeccionaron a detalle la habitación. Los hombres estaban por salir de la habitación pero uno se dió cuenta que había una toalla sobre la cama.

—Oigan, una toalla. Creo que recién la acaban de usar.— tomó la toalla entre sus manos para mostrarla ante los otros hombres.

Los hombres se hicieron señas con los ojos, T/n no podía ver bien pero sabía perfectamente que algo estaba a punto de pasar, los hombres se colocaron en cada uno de los 3 lados que tenía la cama y se agacharon al unísono. Observaron a la chica e intentaron sacarla pero T/n se movía de una forma que no lograban atraparla ni uno de los tres, esto hasta que uno de los hombres pudo agarrar al muñeco y sacarlo, T/n no podía dejar sólo a Brahms así que salió para quitarles al muñeco.

—Valla, qué tenemos aquí. Un muñeco y su linda princesita.— dijo uno comiéndose a T/n con la mirada.

T/n intentaba quitarle el muñeco pero los hombres lo lanzaban a los aires antes de que lo pudiera tomar, la chica corría y gritaba suplicando que dejaran en paz al muñeco pero ni uno de los tipos hacía caso, sólo les divertía ver llorar a la joven. Después de unos minutos pararon pero no para nada bueno. (Aquí voy a copiar una parte de la película porque me gustó la escena).

🖤🔹Entre muros🔹🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora