Luz, sombra y esperanza

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Algo en mi anhelaba encontrarlo ahí parado, esperando recibirme en sus brazos y darme vueltas como cuando eramos pequeños, pero no era mas que una fantasía.

Me desplome al llegar donde se encontraba él, pues mis piernas decidieron ya no obedecer mis ordenes. En ese lugar y de rodillas, la energía fluyo de mi hacia él,  dándole paso al mismo resplandor cálido que había visto con Simon, tan contrastante con la frialdad que sentía en mis manos. 

El negro y el morado se habían visto un poco mas difuminados, acompañado a ello, unos destellos plateados se habían sumado al antiguo avance, fue realmente sorprendente ver todo lo que había logrado este año en comparación de la lucha constante de años pasados.

Tal vez la energía que Simon nos había donado no era la gran cosa para su reino, pero era mucho mas de lo que mi reino percibía en tres meses.

El frió que había quedado en mi cuerpo fue disipado al sentir el cálido abrazo de una capa. 

-Este lugar se siente muy helado y su nariz se ve ligeramente roja.

Me quede viendo hacia la nada sin saber porque, estando tan serena que me sorprendía.

El capitán acerco mis tacones, pero al tomarlos accidentalmente lo rose con la punta de mis dedos, ocasionando su sobresalto. Rápidamente tomo mis manos y exclamo asustado.

-Su majestad, esta mas helada de lo que creí, tenemos que volver pronto al palacio.

A como pude coloque mis tacones en su lugar, ya había dado mucho espectáculo por un día.

-No importa, no ocurrirá nada.

Me levante como pude, mientras todo se iba volviendo más y más lento, hasta que el sueño por fin me venció. A lo lejos pude escuchar a Misael gritar mi nombre.

Susurre.

-Solo descansaré un poco.

Enfrente de mí se encontraba aquel inconfundible camino de flores doradas, no sabía cómo, pero había logrado volver a entrar.

Las lágrimas rodaban por mis mejillas, estaba a solo un paso de volver a ver a mamá y papá. Pero cuando quise darlo, me fue imposible.

Podía ver el reino en el que habitaba la diosa de la vida, y tenía cerradas sus puertas. Todo indicaba que aun no era digna de volver a estar frente a la diosa Medani.

Fue devastador y no pude hacer nada para cambiarlo. Fastidiada decidí volver, pues era obvio que estando aquí no descansaría.

Lo que para mi fueron menos de quince minutos, en mi reino había pasado una semana entera de conmoción, en la cual su reina se encontraba perdida en un abismo desconocido. Todo esto fue contado por una muy eufórica Catarina que derramaba sus lagrimas sobre mi hombro.

-No tienes ni idea de como nos has preocupado a todos.

Reclamo con una voz mas calmada que aquella con la que me recibió. 

-Juro que para mi solo han sido un instante, de haber sabido que me perdí por tanto tiempo habría vuelto antes.

Su rostro reflejaba toda la confusión que sentía, era obvio que reaccionara así al escuchar aquellas palabras de alguien que no se movió de su cama en días.

Cuando ella estaba a punto de decir algo, una de las damas del palacio entro con el té que seguro pertenecía a nuestra visitante. Aquella joven quedo paralizada por un minuto, como si hubiese visto a alguien de volver entre los muertos, salio corriendo en cuanto recupero el sentido, gritando: Su majestad ha vuelto, su majestad ha despertado.

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2022 ⏰

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