A la mañana siguiente, o más bien, ese mismo día, pero siendo casi medio día, la oscuridad de la habitación fue un recibimiento agradable a su resaca, le dolía la cabeza horrores, aunque había tenido un sueño super excitante, era el mejor que había tenido nunca, aunque se avergonzaba de ellos. Venti acomodó un brazo sobre sus ojos con una media sonrisa porque se había sentido tan real, él jodiendo con Zhongli, su vecino de Chingtsé que no veía desde hace muchísimos años, pero sabía que era él, le había molido el trasero como molino de maíz.
— Ocupo una pastilla — Murmuró sabiendo que si no tendría problemas para asistir mañana a la universidad. Pero sin abrir los ojos, su corazón pareció detenerse y sudó frío. Él no utilizaba colchas tan delgadas para dormir, y siempre utilizaba más de dos, estaba cubierto solo con una, las texturas no eran iguales, y mierda, olía al perfume de alguien más. Empezó a respirar asustado y se sentó del golpe mirando lo que pudo a su alrededor por lo oscuro del ambiente, el dolor de cabeza le hizo gruñir cerrando los ojos y volvió a intentar esta vez más lento. ¿Se había ido con un extraño y le estuvo llamando por otro nombre? Ahora que lo pensaba, aparte de que sabía que le habían dado como cajón que no cierra, no recordaba nada más, ni siquiera con quién se había ido, no recordaba nada desde ese vaso de tequila que se empinó por última vez. Y entonces, si lo de su sueño no había sido un sueño -a excepción de Zhongli- ¿En casa de quién estaba? El costado vacío en la cama le indicaba que la otra persona ya se había levantado hace rato, su disfraz estaba doblado y lo habían dejado en el buro a lado de la cama.
— ¿Hola? — Preguntó acostumbrando su mirada a la poca luz sin obtener respuesta, se giró para abrir la ventana tras la cabecera un poco y el limpio cuarto se pudo apreciar mejor. Al menos no había sido un marrano desordenado con quien había perdido tontamente su primera vez. Destapó su cuerpo desnudo y abrió la boca enorme al ver la decena de chupetones que tenía por todo el cuerpo, sus muslos estaban llenos de ello, en su cintura había un leve enrojecimiento donde lo habían estado sosteniendo. Al menos le habían limpiado, de seguro su amante era un gran caballero.
Movió sus piernas al borde de la cama y abultó los labios ante el ardor en su trasero, suspiró y tomó aire dispuesto a levantarse cuando la puerta de la habitación se abrió por completo, dejando ver a Zhongli con un pantalón de chándal gris y una camisa blanca, llevaba también unas calcetas del mismo color que la camisa y botella.
Sus miradas se conectaron y Venti sintió como el oxígeno de nuevo abandonaba su cuerpo, era él, era Zhongli, mierda, de verdad se había acostado con Zhongli.
— ¿Cómo te sientes? Traje dos pastillas para la resaca y un suero para que las pases. — Comentó como saludo el alto sentándose a su lado extendiéndole las cosas, los ojos de este sin perder los detalles de cómo con la luz del día enmarcaba como el cuerpo de un ángel el cuerpo de Venti.
— dime que no es cierto, dime que no es cierto — Empezó a murmurar el más bajo como un mantra cerrando los ojos y hundiendo la cabeza entre los hombros. Incluso la voz de ese hombre sonaba tan sexy, era grave, pero suave, y quería morder su pecho.
Zhongli estaba riéndose un poco al verlo actuar así: — ¿Tan feo amanecí? —
— ¿De verdad eres Zhongli? — Cuestionó viéndolo de reojo, con esa mirada de cachorrito que también ponía de bebé. Así que se sintió un poco raro al pensar que se había tirado a su vecinito ocho años menor.
— Pensé... Anoche estuviste gimiendo mi nombre muy alto ¿Cómo no ibas a saber quién soy? Si yo nunca te dije mi nombre — El alto quiso reírse un poco porque de verdad le parecía cómico, pero el rostro confundido del menor le dijo que de verdad algo andaba raro.
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Halloween - ZhongVen 2S
أدب الهواةArrastrado a la fiesta de disfraces la última noche de octubre, Zhongli encuentra quien fue su vecino hace años. Aquél niño dulce que quería ser su amigo y que él mismo rechazó sintiéndose más adulto. Que equivocado estuvo haciendo aquello. Ahora...