CAPÍTULO 6.

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Mi mente borró de mis recuerdos los momentos desde que mis padres se sentaron en mi cama hasta que me subieron a la ambulancia

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Mi mente borró de mis recuerdos los momentos desde que mis padres se sentaron en mi cama hasta que me subieron a la ambulancia. El ruido de la sirena sobre mi cabeza y los susurros de mi papá que apoyaba su frente al costado de la mía me trajeron de nuevo.

Tenía las manos vendadas de mala manera, la ropa mojada, y una mascarilla de oxígeno reposaba en mi rostro.

Me asusté, demasiado. Pero cuando miré a mi padre sentado junto a mí y él me regaló una sonrisa débil, entendí que fuese donde estuviese, estaría bien.

Hasta que llegué aquí, sola, sin ellos y sin mis padres. Completamente sola.

En una habitación vacía, que ni siquiera es triste o terrorífica como en las películas. Pero está vacía y me gusta, me hace sentir segura, porque es como yo, así que ya no me siento tan sola.

Miro a todos lados cuando entro tras una enfermera y frente a un enfermero que me quita la seguridad que me brinda el cuarto. Una cama junto a una ventana vertical enorme, enfrente a una silla, una mesita de noche, un closet y lo que parece la puerta al baño.

-Muy bien, Brie- la enfermera se gira hacia mí, pero sigue con la mirada clavada en una tabla que carga en sus manos- Esta es tu habitación, ¿Te gusta? - solo alzo los hombros en respuesta, no quiero hablarles, mi marido se enfadaría si entro mucho en confianza- La doctora Pamela y yo vendremos a verte varias veces al día, puedes instalarte con confianza.

Avanzo con mi maleta hacia la cama, antes revisaron que llevaba a dentro, así fue como me acordé de que mi mamá no sabía combinar bien las prendas.

-Ah y Brie- me giro ahora yo- Mi compañero estará afuera siempre por si necesitas algo, pero jamás entrará, ¿vale?

Le digo que si con la cabeza y me siento en la cama mientras ellos salen.

Miro a todas partes, en realidad no sé que hago aquí, mis padres me trajeron en su auto luego de que me dieran de alta en el hospital. Dijeron que allí Pamela me ayudaría a sentirme mejor, y a olvidarme de eso. Claramente no usaron las palabras correctas, por eso me enojé con ellos durante el resto del camino, tal vez me sentiría más tranquila, pero jamás me olvidaría de ellos. Ellos son mi vida, amarlos como lo hice para luego perderlos bajo mi responsabilidad y culpa es algo que jamás me perdonaré, pude tenerlos tan cerca y ser tan feliz, pero yo misma me hice cargo de arrancarlos de mi vida.

Así que todo se resumía a hacerme sentir mejor, quizás con eso intentaban decirme que Cameron vendría a visitarme todos los días, eso en definitiva va a funcionar. Cuando venga planeo decirle lo mucho que me gusta la pared naranja de atrás, me recuerda a la habitación de...

-Toc toc- la puerta se abre- ¡Brie! Veo que ya te acomodaste- miro la maleta, está vacía y tengo unas cuantas blusas en la mano, al parecer me perdí en mis pensamientos, siempre me pasa con Cameron- Venía a traerte esto para que llames a tus padres.

MARRY BRIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora