I. La estación del Invierno.

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El color rojizo de su nariz contrastaba con la bufanda que acompañaba su cuello, el gran abrigo oscuro que eligió para ese día no se sentía abrigador en lo absoluto, su caminar tiembla un poco debido al clima, y aún puede sentir sus vellos erizarse

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El color rojizo de su nariz contrastaba con la bufanda que acompañaba su cuello, el gran abrigo oscuro que eligió para ese día no se sentía abrigador en lo absoluto, su caminar tiembla un poco debido al clima, y aún puede sentir sus vellos erizarse.

En sus oídos resuena la parte final del concierto en violín por Tchaikovsky, sus dedos tamborilean un poco, tratando de imitar el ritmo que le sube en pequeñas medidas su ánimo.

En realidad, YoonGi sabe que está evitando algo. No lo tiene claro en su memoria, no recuerda con la claridad que desearía, y muy en el fondo de su pecho, se arremolina una sensación estremecedora. No le hace caso por ahora.

Los pasos, el ruido y la presencia de más personas le hace pensar que el tren está cerca. Lo que le lleva al siguiente pensamiento: "¿A dónde estoy viajando?"

Esta vez, parado en su lugar, uno de sus pies se mueve constantemente, su pulgar roza sus labios y lo siguiente que sabe es que se está quitando la piel con los dientes. Su cabeza por momentos voltea hacia los lados, como si así fuera más fácil recordar.

El vapor caliente que sale de su boca es prueba de su derrota. Lo averiguará más tarde.

Finalmente, se detiene frente a él el largo transporte, café oscuro y ventanas acompañadas de cortinas claras. El equipaje de su mochila se meció mientras caminaba hacia la entrada, con su boleto en mano y otra pieza de música clásica en sus auriculares.

Una vez adentro, puede sentir la calidez abrasar su cuerpo, ya no siente la necesidad de encogerse y frotar sus palmas para calmar sus temblores. Definitivamente no es un gran cambio, pero el frío es menor y eso lo aprecia.

A pasos rápidos se dirige a su asiento asignado, suspirando una vez más. Su mirada se posa en la vista a través de la ventana, su cuerpo inclinándose hacia ella, y cerrando sus ojos en busca de paz.

Los círculos oscuros bajo sus ojos, junto con sus músculos tensos le gritaban que descansara. Así que fue relativamente fácil dejar caer sus párpados y mecerse en los brazos de Morfeo.


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La flor de tu recuerdo | namgi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora