6.- welcome to the party

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—SeungHyun organizó una fiesta.—Chaeyoung hizo un puchero, y se separó de la menor para recuperar aire. Cruzó sus brazos en los hombros de JiSoo, entrelazó sus piernas con las contrarias, y acomodó su camisa. Su sesión de besos había sido interrumpida por ese estúpido recuerdo.

—¿Y?—Volvió a juntar sus labios con los de la pelinegra, que volvió a aceptar el beso tímidamente, y se dieron repetidos piquitos.

—Hay que ir.—Otro beso. Chaeyoung relamió sus labios al sentir que se separó.—Por favor.

—Tiene que haber una gobernada en esta relación y esa serás tú, no iremos.—Se acercó más al cuerpo de la menor, atrapándola para besarla.

—Pero quiero ir, Chae.—Un beso más duradero, y la vampira torció sus ojos. Los cerró, se separó, y pensó en los pros y contra de ir a esa fiesta.

Pros, era que JiSoo iba a estar feliz, iban a ver a sus amigos, podrían pasar más tiempo juntas y avisarle a sus amigos que estaban a nada de comenzar una relación. Y contra, que iban a tener que detener su sesión de besos, levantarse de su cama y tener que socializar. Suspiró.

—Pero yo quiero seguir besándote, apenas estás acostumbrándote a mis besos.—La abrazó más fuerte, y JiSoo se sintió feliz.

Era realmente feliz en ese momento, viendo el rostro de su amada tan cerca de ella. Siempre pensó que eso no iba a suceder, que sólo iba a soñar con eso y que Chaeyoung era alguien inalcanzable, pero ahí estaban. Sonrió, viéndola a los ojos.

—¿Tengo algo en la cara?

—Es sólo que me gustas mucho.—Y la vampira realmente se sonrojó por el comentario de la humana.

Había pasado más de mil años sin pareja, pero no se sentía sola porque tenía amigos, que eventualmente iban muriendo al mismo tiempo que ella seguía viviendo, maldiciendo el ser inmortal. Sentía que el tener una pareja iba a ser una estúpida pérdida de tiempo ya que iban a morir, y ahí sintió algo horrible en el corazón. Se tendría que despedir de JiSoo para que no se enterara de su secreto, y tal vez eso le rompió el corazón.

Tomó el rostro de su amante, le acarició las mejillas, y volvió a besarla.—Vamos a esa fiesta, amor.

—Me dijiste ‘amor’…

Y JiSoo sintió que murió de felicidad.

[…]

—¡Bienvenidas!—El chico alto las dejó pasar. JiSoo comenzó a moverse al ritmo de la música, pero Chaeyoung decidió tapar sus oídos para que los estruendos no resonaran en su cerebro de esa forma horrible. Cerró sus ojos con fuerza, pero luego sintió cómo su menor la abrazaba.

—¡¿Te sientes bien?!

—¡Ya sabes que soy sensible de los oídos!—Se acercó más, y después sintió cómo la sentaba en un sillón por ahí.

—Me avisas cuando te quieras ir…

—Ya.—JiSoo torció sus ojos, pero rio.

—En las siguientes dos horas, ¿sí?

Chaeyoung achicó su ojo derecho y arrugó su nariz, cruzó sus brazos, y se quedó sola en el sillón, rechazando la solicitud de su menor para que fueran a bailar, rechazando a varias chicas y chicos que le pedían bailar, y en sí, rechazando a todos. Torció sus ojos en cuanto sintió el lado del sillón hundirse, y volteó para encontrar el rostro del estúpido Taeyang.

—¡¿Qué quieres?!

—¡¿Quieres un brownie?!—Ofreció, y a Chaeyoung realmente se le antojó. La vampira era una fan de la sangre, de la crema batida y del chocolate. Mejor dicho, de todo lo dulce. Sonrió viendo el chocolate.

—¡Gracias!—Lo iba a tomar, pero la gran mano del chico lo apartó, haciendo enfurecer a la chica.—¡¿Qué?!

—¡Cuesta!—Agitó levemente la bolsa, y Chaeyoung vio su cartera.

—¿Cuánto?

—Dos dólares.

—¡¿Dos dólares?! ¡¿Te hace volar o algo así?

—¡Son ricos y sí te hacen volar!—La vampira sonrió y sacó cuatro dólares. Uno para JiSoo y otro para ella. Esa noche iban a volar.

Y literalmente.

Abrió el suyo y comenzó a comerlo, y Taeyang tenía razón. Sabían increíblemente deliciosos. Esos brownies la alegraron, pero ver a JiSoo bailando muy pegada con una chica le hizo recibir mal el sabor. La muy estúpida estaba sonriendo mientras miraba a la chica.

Se levantó, caminó hasta ellas, pero su furia se bajó considerablemente al ver que la humana no tenía sus manos en su cintura, ni la estaba tocando, estaba sonriendo nerviosa e intentaba no mirar a la otra chica. Chaeyoung llegó, tomó el brazo de su pretendiente, y la puso en su cintura, viendo a la chica que las miraba con confusión.

—¡Lamento incomodarte, pero ella y yo tenemos algo!—Se despidió con la mano, y comenzó a bailar con la mejor. Justo en ese momento una canción lenta, y aprovecharon para sonreír.—¿Te la estás pasando bien?

—Justo ahora, la estoy pasando bien.—La acercó más a su cuerpo.

—Te compré un brownie.—Le pasó la bolsa, y la menor lo abrió, lo devoró, y sonrió.—¿Verdad que son deliciosos? ¡Me costaron cuatro dólares!

—¿Cuatro? ¿Te hacen volar o algo así?

—¡Yo creo que de lo delicioso que son!—Y ambas asintieron, terminaron de bailar, y se sentaron, porque comenzaron a sentirse mareadas.

La vampira comenzó a reír sonoramente mientras acariciaba los hombros de JiSoo.—¿Ya pasaron dos horas?

—No lo sé.—La pelinegra alzó sus hombros.—¿Quieres irte ya?

Y ambas asintieron, caminando a la puerta para marcharse, pero Taeyang se ofreció a llevarlas a la casa.

—¡Esos brownies son deliciosos!—Dijo la vampira en cuanto llegaron a su departamento, y volvió a reír. JiSoo sólo veía sus manos confundida.

—Creo que ya entendí por qué esos brownies estaban tan caros.—Alzó sus cejas, cerró sus ojos, y los volvió a abrir.—Tengo cinco manos.

—¡Yo tengo diez!—Chaeyoung exclamó.—¡Oh! ¡¿Tendrás 11 penes?!

La pelinegra abrió sus ojos, y sonrió.

—¡No lo sé! ¿Vamos a ver?—Y ambas caminaron hasta el cuarto de “la menor”, tropezando y riendo.

Living With a Vampire - Chaesoo [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora