LIX

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—¡Shiiiiiimmm  Jaeeeeee Yooooooon!

El mayor rodó los ojos al escuchar la voz de Ni-ki.

Había salido de una relajante ducha y apenas se había cambiado, no están de humor para que el chico comenzara a‐

Frunció el ceño de golpe.

¿Qué hacía Ni-ki en su casa?

Salió del cuarto apresuradamente, encontrándose al rubio en el pasillo.

—¿Qué haces aquí, Ni-ki? ¿Quién te dejó entrar? ¡Largo de mí casa!— habló mientras lo empujaba, haciéndolo retroceder hacia la sala, sin dejar que el chico hablara.

Se detuvo cuando en la sala vió a Sunoo, quién hablaba de algo importante con Sunghoon, pues el moreno estaba escuchando atentamente sus palabras, totalmente serio.

— ¿Hoon? ¿Tú los dejaste entrar—preguntó el menor—. Me voy a bañar por veinte minutos y ya dejas que-

— ¡Escúchame! — lo interrumpió Ni-ki, ya le estaba molestando todo ese trato—. Está bien que quieras tu casa sola y sin nosotros para follar con ese tipo— señaló a Sunghoon, quién abrió muy grande los ojos con esa declaración—. Pero lo que pasó es en serio importante y te necesitamos.

Las mejillas de Jake estaban totalmente rojas por esas palabras.

Ese chico no tenía filtro.

Suspiró y controló el enojo que cargaba.

Ese día había arreglado específicamente para pasarlo con Sunghoon, y estaba realmente molesto porque lo interrumpieran, todavía no habían empezado.

— Hace dos días, Jay me mandó un mensaje de que estaban en el hospital, con Jungwon — comenzó—. Le pregunté qué había pasado pero no me contestó ninguna pregunta. Su último mensaje fue que no irían a la escuela durante unos días.

>> No contesta mis llamadas y tampoco las de Sunoo, ni siquiera lee los mensajes.

>> No sabemos si pasó algo malo o sólo están enojados con nosotros.

Jake frunció el ceño.

—¿Por qué estarían enojados con ustedes?— preguntó— ¿Qué hicieron?

—¡Nada!— dijeron ambos jóvenes.

El mayor pasó la mirada de uno a otro.

—¿Probaron con ir a su casa?— preguntó.

Ni-ki asintió.

—Ayer fuí yo mismo, pero el auto no estaba, no había nadie— dijo el pelinegro comenzaba a preocuparse en
serio.

—Déjame ver los mensajes— pidió, extendiendo su mano, el rubio le entregó su celular, y el mayor se tomó un minuto para revisar la conversación.

—Pensamos que como no responde a nuestras llamadas, podría responderte a ti— murmuró Sunoo, Jake le devolvió el celular a Ni-Ki, mientras sacaba el suyo con la mano opuesta.

—Creo que tampoco tendrán resultados — murmuró Sunghoon, se ganó la atención de los otros tres—. Digo, creo que se lo ven venir, tampoco responderán.

Ni-ki suspiró con fastidio.

—Par de idiotas— murmuró.

—No insultes— lo cayó Jake—. Fácil, llamaré a alguien que sé que va a responder— añadió, con un pequeña sonrisa victoriosa, mientras buscaba el contacto en su celular, al encontrarlo presionó la pantalla y espero unos segundos hasta que contestara—. ¡Señora Yang! ¿Cómo está? — saludó en tono amable, su sonrisa seguía allí—. No, no, no ocurrió nada, pero sólo queríamos preguntar por Jay y por Jungwonie.

La señora Yang habló por largos segundos, y lentamente la sonrisa de Jake se fue borrando.

—¿Qué — casi susurró el mayor—. Sí, sí, por favor— Jake separó el celular de su oído para hablarle a los presentes—. Me pasará con Jungwon — anunció y volvió a acomodar el aparato junto a su rostro—. ¡Jungwonie! Soy Jake, ¿Cómo-?... ¿Hola?

Escucharon un murmullo del celular, pero la llamada se cortó a los pocos segundos.

Jake miró extrañado el aparato.

—¿Qué pasó? ¿Qué dijo?

—La señora Yang dijo que tuvieron que viajar a Gwanakgu a último momento— dijo el pelinegro—. Y dijo que Jungwonie estaba enfermo, pero que debía contarlo él... Pero no entendí muy bien el qué.

Los otros tres acallaron, tampoco estaban entendido mucho.

—¿Se fueron de viaje?— dijo Ni-ki — ¿De luna de miel? ¿Por... Cuarta vez? ¿No podían decirlo? No es difícil— se quejaba, seguía enojado.

Sunoo negó.

—No creo que sea sólo eso— dijo—. Digo, hospitales, ir hasta Gwanakgu... Y que Jungwonie esté enfermo, no debe ser un resfriado o algo así.

—¿Qué te hace pensar eso?— preguntó Sunghoon.

—Jungwonie ya estaba tomando medicamentos desde antes— habló Sunoo—. No nos dijo qué era, pero no parecía enfermo... Del tipo resfriado, debían ser para algo más... Interno, ¿No?— intentó explicarse, miró a los otros, esperando que dijeran algo—. Cuando a mí tío le detectaron cáncer, tomaba medicamentos diarios, y no parecía enfermo— contó—. ¿No puede ser algo así?

La sala cayó en silencio, como si al decir cualquier cosa algo como aquello podría resultar real.

Jungwon con una enfermedad tan terrible como un cáncer no era algo de lo que querían opinar.

—Llamaremos dentro de un rato a la señora Yang de nuevo— anunció Jake—. No hablaremos con ellos, para que nos dejen sin respuesta no vale la pena.

Los tres asintieron.

—Y... Si resulta que Jungwonie está enfermo y no nos quiere decir— aventuró Ni-ki—. Digo, él es muy cerrado y... Quizás hasta a mí me costaría hablarlo con otros si tengo un cáncer, por poner un ejempo aclaró.

—De ser así, yo mismo los llevaré a Gwanakgu — dijo Jake—. No puede estar sólo, es cuando más necesita nuestro apoyo.

>>Por si acaso, preparen su equipaje.

ʟᴏᴜᴅ ♤ᴊᴀʏᴡᴏɴ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora