ʟᴏᴜᴅ ♤ᴊᴀʏᴡᴏɴ♤

LXII

—Algo le pasa a Jungwon— declaró Jay, viendo a su novio abrazar a su madre, rota en llanto.

Lisa lo miró con duda.

—¿Cómo lo sabes?

—Siempre que la vi llorar fue por Jungwon— dijo el pelirrojo, su tono era lúgubre, un suspiro tembloroso surgió de sus labios—. Espero que no sea malo... Tan malo— se corrigió.

La rubia a su lado se mordió el labio con duda.

—Si me dice algo te contaré— dijo.

—Gracias— dijo Jay—. No sé si quiero saberlo, pero gracias.

Ambos cayeron en el silencio de nuevo, con su mirada perdida en la sala.

—Jungwon me dijo que tiene miedo de morir— dijo Jay, su tono había sido bajo, triste.

Ni siquiera sabía porqué había contado eso, pero necesitaba que alguien más le hablara al respecto.

—Jungwon sufrió mucho— dijo Lisa—. Quizás crea que tiene lo suficiente para morir...— negó—. Está lejos de morir, Jong, y debes aclararlo bien, por más que y su tumor no desaparezca, o empeore... Existen cirugías, y muchas cosas... Lo de Jungwon no es mortal, no te preocupes. Dile que no se preocupe tampoco, que no se deje vencer por el miedo.... Tú tampoco debes tener miedo, Jong.

El pelirrojo desvío la vista, para notar que Lisa tenía los ojos puestos en él, y que seguramente lo había estado mirando directamente durante todo su discurso.

Jay asintió.

—Por más que lo sepa... Sigo teniendo miedo— confesó.

Duró dos segundos más viendo la escena, antes de darse vuelta, yendo hacia el dormitorio.

Con algo de fastidio, sacó el celular de su bolsillo, buscando en sus contactos a una persona en específico.

Estaba hartado de que las cosas empeoraran y ellos sólo escondieran todo.

—¡Park Jong Seong! Al fin te dignas a llamarme— reprochó Ni-ki.

—Jungwon tiene un tumor cerebral— dijo, sin ningún filtro, escuchó la línea en silencio del otro lado—. Lo llevamos escondiéndo unos meses, Jungwon no quería decirles, no le gusta hablar al respecto— contó—. Pero las cosas se están llendo un poco a la mierda, creo que era justo que lo sepas, diles a los demás, ¿Sí?

Jay pensó en cortar en ese momento, pero esperó, el silencio lo acompañó unos cuantos segundos.

—¿Dónde están ahora? Jake dijo que nos llevaría hasta-

—Gwanakgu— lo interrumpió—. Estamos en casa de la tía de Jungwon, luego te paso la dirección.

>> A Jungwon le gusta estar sólo, pero sé que a ustedes no los gusta, tienen derecho a estar con él.

—Jay esto es muy rápido yo-

—Quiero que lo apoyen, Ni-ki— dijo, cerró la puerta del cuarto, sintió un nudo crecer en su garganta—. Porque cada día siento que puedo apoyarlo menos— confesó.

—Siempre estamos para ustedes, Jay— dijo Ni-ki—. Si necesitas nuestro apoyo también lo tienes, creo que lo mereces tanto como Jungwon.

Jay sonrió un poco.

—Gracias, Ni-ki— dijo.

—Yo... Necesito procesarlo, le diré a los demás, descansen bien— murmuró.

Jay apenas murmuró una inentendible despedida antes de cortar.

Se sentía que comenzaba a romperse por dentro, esperaba que sus amigos puedan ayudarlo.

Los necesitaba, al igual que Jungwon también.