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Uno, dos, tres y cuatro golpes contra el equipo de entrenamiento. Era estúpido estar aprendiendo combate cuerpo a cuerpo cuando podría quemarles el culo con facilidad.

Vale, seguro era importante, seguro me quedaba sin energía y podríamos quedar a la deriva por no querer entrenar.

¡Y es que era aburrido, joder!

Hundí mis cejas suavemente mientras me concentraba en lanzar golpes al hombre de goma frente a mí, luego debía ir a uso de armas aunque es raro que recibamos una si no es en una operación importante. Ilógico enseñarnos a usarlas en ese caso, ya que nunca habían esa clase de operaciones.

Elevé mi mirada unos segundos antes de volverla a bajar, sin embargo, no tardé mucho al volver a subirla de manera desconcertada. A lo lejos, tras el grueso cristal, una cabellera clara y una más oscura llamaron mi atención.

La persona de cabello oscuro se hizo a un lado, revelando su rostro.

Gesher movía sus labios constantemente hablando con otra persona, la cual solo la miraba fijamente (no estoy totalmente seguro de ello pero era lo más probable). La expresión de Gesher era seria, pero se fue suavizando al ver a la otra persona responder, quién comenzó a mover sus manos mientras lo hacía. Terminó esbozando una sonrisa y palmeó suavemente el hombro del chico de cabello claro, quién apenas hizo aquello, se volteó para irse, sin darme tiempo de ver quién era.

Y para un buen chismoso como yo, eso era jodidamente frustrante.

Solté un suspiro mientras devolvía mi mirada a mi contrincante, lanzando un golpe que no llegó ni a rozarlo. Me detuve en seco, devolviendo mi mirada al cristal apenas Gesher se asomó en él. Le dio un golpe al cristal con su mano hecha un puño de costado, tal y como si estuviera (en el caso de gente con problemas de ira u otros) golpeando una pared.

Ladeé mi cabeza con confusión, hundiendo mis cejas cuando abrió la puerta y entró a mi campo de entrenamiento. Caminaba hacia mí con su típico porte de: “yo soy el que manda, respétenme o les rompo el hocico, hijos de puta”, pero sin mirarme a los ojos.

—¿Qué?—pregunté yo al ver como sus ojos me recorrían de pies a cabeza sin expresión alguna, no como cuando hablaba con aquel misterioso chico.

Devolvió la mirada a mi rostro, colocando sus manos tras su espalda.

—Golpea—dijo finalmente. Yo hundí mis cejas y aparté mi mano del hombre de goma, colocándola a mi costado—, ¡golpea!

Me exalté ante aquel repentino grito, dándole un suave golpe al muñeco hasta que sentí su mano tomar mi muñeca. Zafé mi mano de su agarre para seguir golpeando el muñeco como había indicado.

—¡Rápido, rápido, rápido!

Mierda, ¿ahora qué le picó?

Al ver que yo no hacía las cosas exactamente como él quería (aunque probablemente era solo para molestarme) me apartó de un pequeño empujón, comenzando él a golpear el muñeco una y otra vez, sin detenerse, constantemente.

—¡Así debes hacer, así debes golpear! ¡¿Eres una niña o qué?!—gritó de vuelta, causando que me apartara un poco.

Necesito paciencia o juro que morirá electrocutado.

Tomé aire con profundidad, inhalando por mis fosas nasales y exhalando por las mismas. Lo miré de vuelta por unos segundos antes de desviar la mirada a aquel movimiento que captó mi atención tras el cristal.

Una vez llegué a ver una película de romance junto a Tamara cuando había terminado su jornada laboral y estaba aburrida. Recuerdo bien que me llamó con una sonrisa, diciendo en voz alta: “Acabo de encontrar una hermosa película de personas que se besan y se aman”. Para ese momento no sabía lo que era amar, o siquiera el cómo se sentía, solo sé que luego de ver esa película soñé con tener un romance así.

Todos sonreían y eran felices, se decían cosas bonitas y los demás respondían con cariñitos o besos. Era muy bonito a la vista, pero no siempre se ve de esa manera, o se siente así.

Amar duele, más cuando no soy alguien normal, cuando no puedo salir sin estar en constante acecho de peligro o recibiendo miradas de terror. Teniendo que mirar al suelo para no causar miedo a los demás, tal y como me había sucedido más de una vez con Nolan y Mack.

Yo era luz, electricidad, pero a la vez era oscuridad, tinieblas, penumbras. Era destrucción, daño... Y lo menos que quería causar era eso en las personas.

Me frustraba el hecho de no poder ser un simple adulto con una vida liberal, una vida feliz como lo eran los demás. Había nacido con un extraño poder el cual no deseaba; lo único que deseaba era poder amar sin destrucción, ser feliz sin ninguna interrupción.

Varias noches soñé con tener una relación de película, aquella que a pesar de los problemas siempre tiene un final feliz. Una persona común y corriente podría tenerla sin problemas, pero yo no.

Tamara me decía que todos los seres humanos en el mundo teníamos una alma gemela, una otra mitad, también el amor de nuestras vidas. También decía que no a todos les llegaba de un día a otro, que teníamos que esperar con paciencia a que el universo decidiera entregárnoslo pero... ¿Cuándo me tocaría a mí?

Me ilusioné tanto que, más de una vez, tuve aquellos sueños donde alguien me cuidaba y abrazaba, donde estaba para mí y me amaba sin importar qué era o lo que se ocultaba bajo el pañuelo, aunque parecía ser alguien normal.

Una amplia sonrisa decoraba mis labios en todos aquellos sueños, una sonrisa similar y hermosa como la de Nolan. Deseaba que él me mirara con los ojos brillosos, deseando en su interior luchar por mí para ser suyo aunque ya lo era, y estaba de sobra mencionarlo.

Que deseara tenerme entre sus brazos y dormir a mi lado como aquellas parejas, besarme, amarme... Pero él quería a alguien normal, y yo no lo era.

Nunca me miraría con brillo en los ojos y una deslumbrante sonrisa en los labios. Él quería a alguien más, no a mí, yo solo era alguien repudiado por él, alguien que deseaba sacar de su vida. Quería que me mirara con adoración, fascinación y cariño pero... Yo no era Gesher. Nunca llegaría a su nivel.

Aquel porte de ser el rey del mundo, desbordando seguridad y profesionalismo a dónde sea que fuera. Gesher no se daba cuenta del fascinante chico que se postraba a sus pies.

Nolan quería a Gesher, más que quererlo lo deseaba. Nolan...

Toda la fascinación de Nolan era para él, el brillo ya le pertenecía a alguien que no era yo.

Era obvio a quién miraba desde detrás de aquel cristal.

———

Hola, buenas, aquí de nuevo la escritora novata a la cual deberían odiar por no traer capítulos seguidos. Pido disculpas por eso.

Como algunas personas saben y me conocen estoy a punto de graduarme (once semanas siendo exacta), por lo tanto no he tenido tiempo y mente para otra cosa que no sean mis estudios. ¡Felicidades para mí!

Intentaré traer un par de especiales que tengo en mente antes de continuar con el capítulo tres, los cuales tendrán sorpresas, eh... Quizás tengan muchas cosas interesantes y uno que otro spoiler para futuros capítulos. Quizás.

Perdón si el capítulo tiene un par de versos repetidos o incoherencias (también disculpas por lo corto), lo escribí rápido ya que quería traerlo aquí para ustedes lo más pronto posible. Casi tres meses sin traer ningún capítulo está bien culero de mi parte.

Ignoren la hora, iba a actualizar más temprano pero me dormí.

Y sin más que decir, ¡besos en la cola!

Pain or Silence | Vyd & Nolan [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora