Capitulo 2: Mi nuevo hogar.

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Una vez en el puerto, me dirigí hacía la taberna que me había indicado mi ama, pero no sin antes dirigir una mirada de despedida al barco que antaño fue mi hogar.

Después de hacerme a la idea de mi nueva situación, me cargué la bolsa de ropa al hombro y me adentré en el puerto en busca de la taberna.

Mientras buscaba el local donde me esperaban, empecé a observar el lugar ya las gentes que allí se hallaban, las campanas de la iglesia que había cerca de allí sonaban como los truenos en una tormenta en medio del mar, anunciando el comienzo de la misa, los vendedores del mercado gritaban los precios de sus productos a pleno pulmón.

Mientras iba mirando el puerto, buscando la taberna, coqué con un joven que cargaba con un buen montón de paquetes y que aparentaba tener mi misma edad, veinticinco años, tenía aspecto de no tener mucho dinero. Pelo corto color castaño oscuro, con pequeños remolinos que formaban el flequillo, ojos castaño color chocolate puro.

Vestía con una camisa blanca cerrada con botones, un chaleco, pantalones largos y botas cortas.

-¡Vaya lo, lo siento, perdona, no te había visto!-Dijo el muchacho mientras se apresuraba a recorrer del suelo sus paquetes del suelo, mientras le ayudaba noté que tenía una particular, al no tener mucha idea de donde se encontraba el local al que debía dirigirme, decidí preguntar al joven que se levantaba del suelo a toda prisa.

-Perdona me dirijo a la taberna de El caballero tuerto pero soy nuevo en la ciudad y no sé cómo llegar ¿me podrías ayudar?- Le pregunté mientras el pobre chico miraba sus paquetes comprobando que no le faltaba ninguno, después de unos segundos se dirigió a mí y me contestó:

-Está al final de esta calle, subiendo la cuesta, luego giras a la calle de la derecha, y sigues recto. Es el que tiene en el cartel de madera que lo anuncia un hombre tuerto en el suelo con una espada clavada en el pecho.

Pero te advierto que en esa taberna NUNCA se cuece nada bueno, yo que tu tendría cuidado de con quien me junto allí.

Y ahora si me disculpas tengo prisa, gracias por tu ayuda.- Nada más decir esto se aferró los paquetes al pecho, dio media vuelta y se marchó corriendo como alma que lleva el diablo calle arriba.

Sabía que no era conveniente hacer esperar a mi "tío" así que recogí mis cosas del suelo y me encaminé a paso ligero hacia la taberna siguiendo las indicaciones que me habían dado.

Después de un largo camino por la ciudad conseguí llegar a la taberna, era de aspecto humilde, aunque no muy desarreglado, tenía dos ventanas que daban al a calle, un poco más arriba de las ventanas descansaba el cartel que anunciaba el local. Era de aspecto un tanto macabro, tenía como figura principal la silueta de un hombre tuerto, sin parche alguno que tapase el orificio en el que debería ir ojo derecho, vestido con armadura tumbado en el suelo con una espada clavada en pecho. La expresión de su rostro era de horror y desesperación.

Encima de esta escena tan espantosa se encontraba el letrero que daba nombre a la taberna.

Después de unos minutos conseguí recuperarme del impacto que me había provocado la visión de aquel horrible cartel, y conseguí sacer fuerzas de flaqueza suficientes como para poder entrar.

Una vez dentro lo que vi me dejó sin palabras. Hombres medio o completamente barrochos que se arrastraban por el suelo por el suelo blasfemando y los que no estaban por el suelo estaban sentados en una mesa bebiendo cerveza y tonteando con las mujeres que se exhibían allí.

-¡Jackson, Jackson aquí, aquí!- Dijo una voz desde la mesa más apartada de la taberna, el hombre que allí se encontraba me señalaba su posición desde la mesa en la que se encontraba.

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2015 ⏰

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