C5: Efímero

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Día soleado y un clima templado, parecía que iba a ser un día normal en esa parte de la isla, pero desde no muy lejos de la orilla del mar donde estaba situado un barco, se encontraban tres jóvenes toons que competían entre si, siendo seguidos por un cansado doctor que trataba de seguirles el paso.

Los primeros rayos del sol siempre eran algo que siempre molestaba a los Warner al despertar, pero esta vez no fue así del todo.

Ese era un día especial para Yakko, sin pesadillas, un hermoso sueño sobre su preciado príncipe y sentir el apoyo de sus hermanos, lo hizo sentir con energía como para despertarse y despertarlos de paso, cosa que pudo resolver con algunos sobornos.

-Yakko, puedo hablar contigo un momento?!-dijo sin aliento llamando la atención del mencionado y aunque iba ganando volteo un momento para notar, algo curioso. Lo que el doctor cargaba en sus hombros.

Rápidamente frenó y se dirigió hacia la persona que lo llamaba. Y la competencia? Eso no le interesaba ahora a Yakko, el queria saber porque el doctor habia llevado ESO consigo.

-Porque trae eso doc? se que es obvio que Max es un papucho, pero creo que el secuestro es un crimen- Yakko soltó una pequeña risa al ver al doctor girar los ojos- creí que estaba extremandamente prohibido que el costal este en nuestro campo de visión.

-Quiero que lo lleves en tu viaje-

Yakko se quedó en shock. El doctor que los prohibia entrar a su cabaña, que cualquier desastre "menor" lo escandalizaba y el que prohibio el uso del hammerspace sin su supervisión le estaba dando ESA bolsa. La que se suponía que no debían tocar...pero que ya tenía el nombre de Wakko autoproclamado.

-Es acaso algún tipo de trampa inversa?- el doctor no pudo evitar reír por la desconfianza de Yakko

-Yakko- dijo colocando una mano en su espalda y comenzando a caminar- se que siempre hemos tenido nuestras diferencias que casi siempre a llevado a algun problema, algunas veces provocadas por mi, MUCHAS veces provocadas por ustedes tres- suspiró un momento para pensar en sus palabras- pero a pesar de todo, he cuidado de ustedes por casi 10 años y a pesar de todos los momentos exasperantes que me hicieron vivir, aún asi, ustedes son muy importantes para mí. Son...lo único que me queda de mi familia.

El Warner mayor se sintió conmovido, y el doctor lo sabía, pues para él, su expresión era un libro abierto.

Ya se habían se acercado al navío lo sufiente, Yakko golpeaba ansioso su cadera con su palma, ya se habia preparado mentalmente su despedida pero aún debia esperar que el mayor terminara de hablar.

-Se que estas emocionado por este viaje y también por descubrir más a fondo sobre...ustedes, pero creo que deberías tener cuidado, sabes siempre hay gente que-

El Warner mayor supo por donde iría la charla por lo que se apresuró a decir- Lo sé doc, no se preocupe, puede confiar en mi adultez- dramatizó levantando la mirada hacia el cielo- Hey Wakko! Atrapa!- grito lanzando el saco al mencionado quien lo recibió muy emocionado-

Yakko ya estaba por correr hacia sus hermanos para investigar juntos el contenido del aquel objeto, cuando sintio algo en su mano, algo que alguien le acababa de entregar.

-Una cosa más! quiero que tengas esto, es algo simbólico- hizo una pequeña pausa, para agarrar valor- es algo que tenías el dia en el que te encontré.

El recien nombrado no pudo evitar sentir curiosidad y miedo a la vez. Los dos no eran de hablar mucho sobre su pasado, siempre pensó que era un tema muy frustante por las pocas cosas, casi nulas, que podia recordar.

Miro su mano, aún sostenida, y vio algo brillante. Era una extraña medalla, un escudo en forma de ovalo, pero de forma interesante. Su borde era dorado puro y liso, como si durante todo ese tiempo hubiera sido conservado, y en su punta se notaba una punta filuda, como si se hubiera hecho par defender y atacar. Y ese borde protegía y adornaba un grande rubi, era tan brillante, pero extraño, pues en medio de sus colores rojos vivos se encontraba una oscuridad hipnotizante que se podía notar, pero a la vez parecia tan natural que al primer vistazo nadie podia decir que hubiera algo raro.

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