Capitulo 20

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El estrepito retumbar en el departamento le despierta.

Izuku pestañea adormilado, observa el reloj al lado por inercia, marca las seis de la mañana. Otro golpe suena, esta vez puede reconocerlo, viene de la puerta principal y es la excesiva fuerza usada la que termina por despabilarle el sueño. También lo hace con Mizuki, que suelta un gemido de susto.

–Duerme, duerme... –Izuku palmea suave contra su espalda, volviéndola a acostar.

La niña murmura algo muy bajito mientras obedece inconsciente. Su padre la arropa cubriendole hasta las orejitas y sale de la habitación en silencio.

–¿Quién toca así a estas horas? –escucha a Mitsuki en la sala.

Camina algo cohibido por el pasillo hasta llegar al salon. Masaru y Katsuki se encuentran ahí de pie, observando a la mujer que ha ido a abrir la puerta.

–¿Sí?

–Buenos días –saluda una voz masculina– Tenemos una orden de arresto para Bakugou Katsuki.

Izuku no logra ver la reacción de la mujer, pero si la del omega mayor, que sujeta el brazo de su hijo, notoriamente trastocado. Él mismo lo está.

¿Arresto?

Por un instante, cree haber oído mal, quizás ha expresado mal que se requiere la presencia de Katsuki en algún arresto o algo por el estilo.

–¿Co-cómo dice?

Pero no hay una aclaración, sino solo confirmaciones cuando Mitsuki, instada por los oficiales, se hace a un lado cediendo el paso y luce pálida.

–Tenemos una orden de arresto hacia usted –repite el mismo oficial, esta vez, extendiendo la orden frente a Katsuki– Se le imputan los cargos de abuso de autoridad y contra la libertad sexual. –toma las esposas de su cinturón, el sonido metálico tintinea en el silencio. –Por favor, acompáñenos –pide amable.

Katsuki se mantiene inmóvil al lado de su padre, no hace ni dice nada, completamente en shock. Izuku puede comprenderlo, él mismo se encuentra en similar estado. Debe admitir que, a pesar de todo, no es algo que esperara.

Al menos, no tan pronto.

Menos aún, cuando es un héroe del que hablan, de los primeros en el ranking del país.

–¡No! –Mitsuki empuja a los guardias, interponiéndose entre ellos. La desesperación en su rostro es notoria. –Él es un héroe, ¡No pueden hacerle esto!

–Señora, por favor, no entorpezca la intervención. –intenta sujetarla uno de los guardias.

Mitsuki les gruñe, alterada.

–¡No se atrevan a tocarlo!

–Debe haber un error –interviene Masaru con mayor calma– es un héroe, él no va a huir.

El temblor en la voz del omega es evidente y sus ojos suplican por compasión. Izuku lleva ambas manos contra su pecho, sintiendo el corazón oprimirse. Son sus padres, querer defender a su hijo es innato, más si ven una situación como esta. No podría juzgarlo, mucho menos no sentir lastima, cuando incluso él se siente contrariado ante los sucesos.

–¿Papá?

Gira rápido al oír a su hija.

– Mi-Mizuki... vuelve a la habitación, cariño. –intenta hacerla retroceder.

–¿Qué sucede?

–Voy a explicarte todo en la habitación. Vayamos adentro.

–¡No! ¡Suéltenme! –los gritos de la mujer terminan por avivar a la pequeña, que le esquiva llegando a la sala.

Consecuencias [ Omegaverse ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora