Fiesta

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La música retumba en la paredes y en mis oídos, los jóvenes universitarios ocupan cada metro cuadrado de mi casa. Intento divertirme, pero no puedo dejar de pensar en la regañada que me darán mis papás y en el largo trabajo de limpieza que me espera mañana.

Pero todo eso se me olvida cuando lo veo llegar, está con sus amigos y con un vaso de licor en la mano, nuestras miradas se encuentran y ambos sonreímos.

Veo como se acerca y en pocos segundos está parado frente a mí.

– Hola – dice dándome un beso en la mejilla y apoyando su mano en mi cintura.

– Hola.

– Tu casa es muy linda – comenta.

– Gracias – sonrío.

- ¿En qué trabaja tu papá? – pregunta.

– Tiene empresas – digo intentado resumir la complicada vida laboral de mis padres.

Samuel mueve su cabeza de arriba abajo.

- ¿Saben que hiciste esta fiesta? – pregunta y veo su sonrisa burlona.

– En teoría sí – digo dejando mi vaso sobre una mesa.

– Les dije que vendrían unos amigos a casa, no que toda la universidad.

Ambos reímos, da unos pasos más hacia mí quedando súper cerca.

– Te ves hermosa – susurra en mi oído.

Siento la electricidad que causa su cálido aliento sobre mi piel.

- ¿Quieres bailar? – pregunto sonriendo.

Él entrelaza sus dedos con los míos y vamos a un lugar libre entre todos la gente en mi sala, sujeta mis manos y las lleva a sus hombros, acerca más su cuerpo al mío y coloca sus manos sobre mis caderas.

Me da vergüenza verlo así de cerca, por lo que escondo mi rostro en su hombro pegando aún más nuestros cuerpos. Solo damos pasos de un lado a otro, pero me siento demasiado bien de tenerlo cerca.

– ¿Siempre hueles tan bien? – pregunta mientras mueve mi cabeza con su mano para poder verme de frente.

Sonrío nerviosa.

– ¿Te gusta cómo huelo?

– Me encanta – dice sin apartar sus oscuros ojos de los míos.

Sonrío y acaricio lentamente su nuca, acerco lentamente mi rostro al suyo y él también comienza a hacerlo.

Cierro mis ojos y siento el toque de sus labios sobre los míos, comenzamos a besarnos tiernamente. Sus labios se mueven delicadamente sobre mi labio inferior mientras una de sus manos recorre mi espalda y la otra sujeta mi cuello intentado profundizar el beso.

Poco a poco el beso se va intensificando y nuestras lenguas se encuentran. Ambos nos devoramos las bocas y se siente jodidamente bien.

Jamás pensé llegar a sentir tanto con tan solo un beso.

Nuestras lenguas comienzan una sensual lucha mientras nos acariciamos tiernamente. El beso continúa por un tiempo más cuando nos separamos y ambos sonreímos.

- ¿Quieres ir a mi dormitorio? – pregunto.

Veo la sorpresa en su rostro, pero por como muerde su labio inferior y levanta sus cejas me indica que sí.

Sujeto su mano y lo guío hasta las escaleras. Subimos rápidamente y llegamos a mi habitación, la cual cerré con llave, obviamente. La abro y ambos entramos rápidamente.

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