Quédate

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A raíz de la broma que Sirius le hizo a Severus, la vida de James Potter dio un giro de ciento ochenta grados, nunca espero que el sentimiento de culpa y lástima, que le despertó el Slytherin al verlo casi perder la vida en manos de Remus, hubiera...

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A raíz de la broma que Sirius le hizo a Severus, la vida de James Potter dio un giro de ciento ochenta grados, nunca espero que el sentimiento de culpa y lástima, que le despertó el Slytherin al verlo casi perder la vida en manos de Remus, hubiera cambiado drásticamente a una cariñosa amistad, pasando por un deseo febril, hasta transformarse en un profundo amor.

Los cinco años que llevaba creyendo, estar enamorado de Lily se convirtieron en un olvidable recuerdo... ¿Qué era lo que le gustaba de la pelirroja? Ya no lo recordaba. En el momento que dejo de soñar con unos ojos verdes, remplazándolos por unos orbes tan negros como la noche estrellada, que veía desde la torre de Gryffindor, tuvo la certeza de que inevitablemente, se había enamorado de su exrival jurado.

No obstante, Severus era toda una caja de misterios; su naturaleza era como el agua, tan cambiante que, en cualquier momento, daba la impresión de evaporarse. Y eso le aterraba.

A James le aterraba la sola idea de que Severus decidiera abandonarlo.

Tenía la sospecha de que una guerra se acercaba desde las sombras, muggles aparecían muertos, casi cada semana desaparecían magos y brujas en puestos importantes, en el círculo íntimo de los Slytherin más puristas se rumoraba que hablaban en secreto sobre Voldemort; Dumbledore a simple vista se veía relajado, pero James intuía que solo se trataba de una fachada del viejo mago.

La prueba de ello, fue la propuesta que este le hizo. El panorama en general pintaba mal, sin embargo, cuando Dumbledore lo llamo a su oficina, no porque fuera el premio anual, sino porque quería que se uniera a un selecto grupo de magos para hacerle frente a Voldemort.

James confirmo todas sus sospechas; la guerra era inminente y tanto él como Severus tendrían que elegir un bando.

Lo sabía porque, aunque su Slytherin no se llevaba muy bien con el resto de sus compañeros de casa, lastimosamente este era muy amigo de Lucius Malfoy y este era uno de los magos más obsesionados con la pureza de la sangre mágica y el poder, una combinación nada agradable.

Solo merlín conocía el esfuerzo que hacía, para respetar la privacidad de Severus, cada vez que veía a la lechuza del rubio aristocrático traerle una carta a su Slytherin; Severus evitaba hablar de lo que estaba pasando, no obstante, cuando le llegaba una carta de Malfoy su mirada siempre se ensombrecía.

*****

Sentado en su cama con los doseles rojos corridos, James no dejaba de mirar en el mapa del merodeador la mota con el nombre de Severus Snape moverse de un lado a otro, este estaba igual o más pensativo que él.

Desde que Dumbledore le conto que quería formar la orden del fénix y a su Slytherin le llego la última carta de Malfoy; no habían hablado como les hubiera gustado.

Su tiempo en Hogwarts estaba concluyendo y al salir una guerra les aguardaba; sus primeros cinco años en el colegio no fueron los mejores, al menos no para su Slytherin, sin embargo, desde que este decidió darle una oportunidad, todo fue maravilloso, omitiendo que habían mantenido su romance en secreto de sus amigos y que aparentemente ambos se encontraban en bandos opuestos.

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