Ángel sexy

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Capítulo dedicado a AmarilisArevaloLopez❤.

Sus palabras erizaron mi piel y enviaron una
una sensación electrizante que terminó justo en mi vientre.

–Suena a que es un pacto eterno– murmuré en un tono que delataba el efecto que tuvieron sus palabras en mí.

–Lo es–reafirmó.

–Mientras nuestro trato esté vigente mis poderes mantendrán tu cuerpo de una sola pieza.
La fuente de tu energía de vida fluye a través de mi ahora, al igual que la mía en tus venas.
Nuestra alianza es sagrada , irónicamente se suele sintetizar al tratado del matrimonio. Alianza tan efímera entre ustedes los humanos–iba a replicar que no todos son así cuando me interrumpió.

–Nuestro acuerdo es definitivo Biel, no hay fuerza en el universo capaz de separarnos. Aunque esté atado como si del matrimonio se tratase, no quiero empezar nuestras peleas maritales hoy , la eternidad es un espacio de tiempo muy largo.
Teniendolo en cuenta un pacto inmortal tiene sus desventajas–hablo para sí mismo–al menos el de ustedes dura hasta que la muerte los separe ,y yo no estoy destinado a morir.

–Y quien dijo que la idea de estar atada a ti por la eternidad me es agradable–le recrimine con acritud.

–Después de todo no quisiera tenerte cerca cuando vaya a tener relaciones sexuales–automáticamente mis mejillas se ruborizaron.

Michael me observó impasible mientras acercaba su nariz a mi cuello provocando a mis traidoras hormonas. Una sonrisa ladina adornaba su cara cuando susurró roncamente en mi oído–Puedo oler la pureza en tí ,Biel. El olor almizclado y dulce que solo una virgen puede albergar en su piel–su voz erizó todos los vellos de mi cuerpo ,mi corazón latía agitado y una sensación electrizante recorrió nuevamente mi organismo.
No sé que estaba pasando conmigo teniendo tan cerca a este ser celestial.
La mirada que me devolvía no era muy angelical, era más bien la de un león acechando a su presa.

Titubeante respondí –si ... soy virgen ,pero no tengo planeado mantener ese estado por mucho tiempo más–culminé con una expresión decidida en mi rostro.

–¿Te hago los honores?–preguntó con una sonrisa burlona

Mis traidoras hormonas danzaban de alegría y gritaban a coro que si, mi cerebro aún más traidor se imaginó cientos de escenarios en los que me tomaba y me hacía gemir su nombre reiteradamente. Un jadeo ahogado salió de mi, sin argumentos concisos que refutarle me decidí por la opción más segura: huir.
Me giré rápidamente para que no notara como mis pupilas se dilataban .Si miraba mi rostro sabría que estaba imaginando su cuerpo desnudo entrelazado con el mío, excitándome.

Con una velocidad sobrenatural me atrajo hacía su cuerpo, sus fuertes brazos rodeaban mi minúscula cadera.
Era tal mi sonrojo que no me atrevía a mirarlo a los ojos.
Sus pulgares me alzaron el rostro por debajo de la mandíbula, inclinándome de forma justa para que mis ojos se encontraran con los suyos .Su mirada era oscura, perversa.

–¿No deseas que un ángel te lleve al cielo en la tierra, Biel?–mientras me preguntaba su otra mano se deslizó desde mi espalda hasta situarse entre mis senos.

Un gemido ronco salió dentro de Michael.

–No llevas ajustador–.
Sus dedos se cerraron en uno de mis pezones, apretandolo levemente. El gesto me sacó un siseo de placer.
La suavidad de su voz, su insinuación perversa ,y el beso delicado que dejó en el centro de mi cuello cuando enterró su rostro nuevamente en el mismo ,me volvieron agua. Mi centro latió necesitado de atención.

–Tal vez otro hombre me puede hacer lo mismo, y mejor–le reté, y para descolocarlo le pregunté–¿Los ángeles saben siquiera que es el sexo?

Él riò sobre mi piel.

–Cariño, los ángeles inventamos el sexo-ronroneó.

Las caricias de su mano bajaron por mi estómago con lascivia, se divirtió haciéndome esperar mientras vacilaba sobre mi vientre.

Cerré los ojos cuando su mano se metió por debajo de mis bragas, dos de sus dedos encontraron mi humedad. Gemí. Sus labios se arrastraron por mi cuello hasta llegar a mi oído.
–¿Crees que otro hombre puede hacerte sentir lo mismo?–enterró sus dos dedos en mí y gruño complacido al sentirme apretarlo.
–Ohhh–mis caderas se movieron hacía él necesitadas de más.
Otro de sus dedos encontraron mi centro y presiono en el lugar exacto, haciéndome temblar en sus brazos. Sus dedos jugaron con mi entrada ,tentándome, entrando y saliendo levemente de mí.

–Michael, por favor...–rogué.
Gemí cuando volvió a enterrarse y sus movimientos se hicieron más rápidos y profundos. Mis manos fueron hacia su nuca y me sostuve de su cabello, me sentía en una niebla de placer, flotando tan cerca y tan lejos a la vez.

–Admite que no deseas a ningún otro hombre en tu interior Biel, que me deseas a mí y solo a mí. Admite que esa humedad entre tus muslos solo la causo yo-demandó suavemente mientras me mordía el lóbulo de la oreja.

Para mi consternación la posesividad en su voz no aminoro mi lujuría, la aumentó.
Mi temperatura subió ,mi cuerpo estaba necesitado de su toque y ya no me respondía a mí, mi ser estaba deseoso de complacer a cierto arcángel. Sin poder evitarlo gemí alto y le respondí:

–Lo admito Michael, no hay ningún otro hombre en la faz de la tierra que hagan vibrar mi cuerpo de necesidad como lo haces tú.
Sus ojos azules brillaron con deseo, remolinos de energía azul chispeaban en ellos.

–Estoy tan duro angelito que si no fueras virgen ya te hubiera follado de mil maneras sin importarme si tenemos compañía o no.

Movió lascivamente sus caderas hacía mi centro.

Me vi tentada a pedir que lo hiciera. Mis deseos se deben haber reflejado en mi rostro porque una sonrisa maliciosa nació en su rostro.

–¿Te gusta la idea angelito?–.
Esta vez sus manos se arrastraron por encima de mis pechos, volvieron a bajar por mis costillas y se volvieron a meter entre mis piernas.
-Correr la tela de tu falda e inclinarte de cara contra el ventanal de cristal, mientras cualquiera puede pasar y verte gemir de placer mientras te follo. Mientras observan como me adueño de tu virginidad, mientras ven como te aprietas a mi alrededor gimiendo mi nombre, y desean estar en mi lugar, dentro de ti.

–Estoy cerca, tan cerca...

Jadee cuando sus dedos me abandonaron y su mano se alejó de mi entrepierna. Abrí mis ojos, no me había dado cuenta en que momento los había cerrado y lo miré con la respiración agitada. Mi centro palpitaba dolorosamente en espera de una liberación que no llegaría.

–Tendrás que esperar por tu orgasmo angelito-su sonrisa se amplió cuando hice un mohín con mis labios– Así recuerdas a quien necesitas para tu liberación.

Un resoplido involuntario salió de mí, este ángel era un posesivo de mierda.

–Eres un egocéntrico señor Ángel, ni mi cuerpo ni yo necesitamos de ti para alcanzar la liberación–quise replicar fríamente, pero más bien sonó como un lloriqueo.

Sus ojos brillaron y se rió con picardía.
Se inclinó, y arrastró su lengua por mi labio inferior.
–Tu cuerpo me dice otra cosa–uno de sus dedos volvió a encontrar mi humedad y exhalé–Sonrió sobre mis labios–Voy a hacerte cambiar de opinión rápidamente, solo sé paciente.

–Nos veremos pronto ángel–dijo y desapareció.

Trate de detenerlo pero caí sumida en un plácido y profundo sueño.

Angel o demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora