Entre flores y tatuajes

sept.

Jugueteaba con sus manos mientras esperaba la comida, existía un silencio presente, cómodo y que a ambos no les molestaba, pero que a JungKook, solo lograba poner más nervioso.

-Y... ¿Cómo va tu tatuaje?- Se golpeó mentalmente, ahora NamJoon debía creer que eso era de lo único que sabía hablar.

-Bien, no he tenido problemas, TaeHyung hizo todo a la perfección y he seguido tus indicaciones, cicatrizó y ahora está normal- Dice el chico bonito, jugando con el borde de su vaso. -¿Todos tus tatuajes tienen significados?

-Pues... La gran mayoría, hay algunos que no tienen sentido, pero he tratado que detrás de todos, exista una historia que contar.

-Me gustaría escuchar cada una de esas historias- Le sonríe y puede ver sus ojos desaparecer.

Tierno.

Llegó la comida, ambos habían pedido pasta, el menor ordenó unos spaghetti con salsa blanca y carne, mientras que por su parte, pidió unos fetuccini con salsa roja. Algo sencillo, pero gratamente gusto de ambos.

-Pues, este- Señala el dorso de su mano, en el cual estaba dibujado meticulosamente la cabeza de un dragón, que su cola se ubicaba a lo largo de su brazo. -Lo hice luego de abrir mi tienda, en ese entonces esta era la única área limpia de mis partes visibles, decidí hacerlo por todo lo que pasá, peleas en casa, contradicciones, me juzgaban, rechazo social, todo eso se concentra en ese dragón... Que me recuerda día a día, el largo camino que recorrí para poder ser independiente, eso representa su extensa cola.

-Asombroso... Los tatuajes te quedan muy bien, hay personas que por más que le gusten, nunca logran verse bien, pero no es tu caso, es como tu toque tenerlos- Dice mientras comienzan a comer.

No sabía cómo sentirse, quería tirar la mesa a algún lugar del restaurante, tomar a NamJoon y secuestrarlo en su departamento, para nunca dejarlo salir. Aunque como nada de ello podía hacerlo, optó por soltar una pequeña risa y sentirse halagado.

-Aparte, me asombró que supieras el significado de aquella flor.

-Oh, bueno... Sé un poco, en realidad, nada, quizá sé lo básico para no cometer un error si le regalo flores a alguien- Nervioso, lleva una de sus manos a su nuca, pero en el gesto, sin querer derramó su vaso de agua. -Oh, oh, oh, l-lo siento mucho.

Mientras el mesero llegaba a ayudarle, ya que el agua comenzaba a expandirse por todo el mantel, escuchaba la melodiosa risa del más joven, quien tapaba su rostro con sus manos, mientras que sus ojos se hacían cada vez más pequeños.

Dandole una reverencia al camarero, luego que les cambiara de mesa y le sirviera más agua, se sentó avergonzado frente a NamJoon.

-Lo siento, por poco y te tiro agua encima- Tímido, inclina un poco su cabeza en forma de disculpa, así luego encontrándose con una gran sonrisa de su chico bonito.

-Descuida Hyung, fue divertido- Baja su vista a su plato, para poder retomar su comida. -¿En qué estábamos?... ¡Ah, si! Entonces, ¿cuál es su flor favorita?

Realmente, su chico bonito era el hombre más perfecto del mundo, cualquiera otra persona se habría enojado y quizá, hasta ahí hubiese llegado la comida juntos, pero NamJoon optó por reírse y tomarlo con humor, aligerando el ambiente, en vez de hacerlo denso y cortante.

-¿Hyung? ¿Sucede algo?

-Y-yo, no nada, sólo estaba pensando- Sacude su cabeza para volver a retomar sus pensamientos. -Pues, me gusta mucho el Sakura, es una bella flor primaveral, puede que sea cliché, pero es estéticamente bella.

-Tienes razón, Hyung, es una flor muy bella... Yo soy más tradicionalista supongo, me encanta el Mugunghwa, cuando entran señoras mayores a la tienda, sé que la buscan, es más apreciada por los mayores que por los jóvenes, que no ven aquella bella flor nacional.

A medida que avanzaba la conversación, se soltaban más y más, estaban cómodos con el otro, incluso JungKook que cualquiera que lo viese, estaría preparando la ambulancia por un posible desmayo.

-Invito yo- Dice el mayor luego de que terminasen de comer el postre, pero solo recibe una negación del más joven.

-Yo invité a Hyung, lo correcto es que yo pague por la comida- Saca su billetera, esperando que el camarero regresara.

JungKook, simplemente no podía aceptar que su chico bonito pagara por ambos.

-NamJoon, yo soy el mayor, lo habitual es que yo pague por ambos.

-Hyung, véalo de esta manera, si tanto le moleste que yo pagué por nosotros, usted puede invitarme la próxima vez y pagar usted- Dice así recibiendo la cuenta y entregando su tarjeta de crédito.

¿Acababa de decirle que volviese a salir? ¿NamJoon acababa de pedirle otra salida? ¿SU chico bonito quería volverle a ver?

Se vuelve a repetir, ni Dios sabía cómo JungKook estaba controlándose en ese mismo instante.

Agradeciéndole al menor, salen del local, para así juntos caminar hacia dónde se encontraban sus respectivos trabajos, iban en un silencio cómodo, caminando a paso lento, como si quisieran aprovechar cada segundo.

-Hyung, ya que usted sabe de flores, ¿Cuál cree que sería la indicada para mi?

Gira su cabeza para observar al joven más bajito que él, hasta incluso se veía indefenso a su lado y por ello, buscó entre sus carpetas mentales, cuál era la más indicada para su chico bonito.

-Gardenia, sin duda, para ti es una Gardenia.

-Pureza y dulzura, irradia alegría y me dices que soy una persona encantadora... Esa es la descripción del significado cuando regalas una Gardenia.

-Así eres lindo, dulce y puro, eres una persona feliz, tan así que llegas a contagiar un poco de tu alegría- Le sonríe mostrando sus dientes de conejito.

-Gracias Hyung... No me habían dicho algo tan lindo de una manera sencilla nunca- Se detiene, haciendo que también hiciera un alto en su andar, ya habían llegado. -Fue lindo almorzar junto a ti Hyung, gracias y espero que me invites la próxima vez.

-Así será NamJoon- Lleva una mano a su cabello y revuelve este, haciendo que soltase una tierna risa. -Cuídate ¿si? Nos vemos pronto.

-¡Adiós Hyung!- Dice entusiasmado ya mientras se alejaba hacia su tienda.

Lo más importante, es que NamJoon se había olvidado del verdadero significado de la Gardenia: Amor secreto.