Alguna vez dos jóvenes enamorados vivieron su reencuentro y al mismo tiempo la trágica separación en medio de las montañas Dabie, que no sólo marcaban una frontera entre provincias, sino también dos corazones que latían desbocados.
Wei Wuxian era un joven de cabello azabache, cara expresiva, ojos plateados y profundos, proveniente de la familia Wei que residía en el condado de Yúnmèng administrada por la prefectura de Xiàogǎn. Tras un viaje de emergencia por la guerra entre los siete reinos combatientes (Qi 齊, Chu 楚, Yan 燕,Han 韓,Zhao 趙,Wei 魏 y Qin 秦) al distrito de GūSū en la ciudad de Sūzhōu donde por primera vez conoció aquel sentimiento que muchos llamaban efímero, fue donde unos ojos dorados observaban cada paso que daba, pendiente de cualquier paso en falso para tener la oportunidad de sostenerlo. El hombre que robaba sus suspiros era Lan Wangji descendiente de la dinastía Lan. Durante meses se dedicaron a conocerse, si bien el joven Lan no expresaba demasiado con su estoico rostro los pequeños detalles fueron suficientes para formar un lazo inquebrantable del cual no dudaron aun cuando fueron separados, su unión era favorable para ambas familias, pero aun así fueron arrebatados de su mundo sin compasión. El joven Wei escapo de las cadenas de sus padres en busca de su amado sin importar que tan largo fuera el viaje. Por otro lado, Lan Wangji rompió nuevamente los miles de reglas que abundaban en su hogar para encontrar a quien regreso la calidez de su corazón.
Sus caminos se fueron separando, aunque el destino los acerco nuevamente llegando en distintos días a la ciudad de Tóngchéng. Wei Wuxian pedía sonriente que lo ayudaran a localizar a su amado, sin embargo, las personas pueden llegar a ser crueles. Le daban direcciones incorrectas o simplemente le contestaban de forma grosera con tal de librarse de las constantes preguntas del joven. Al otro lado de la ciudad Lan Wangji preguntaba por el joven de ojos grises mostrando una fotografía de este, pero nadie respondía o hablaban a sus espaldas sobre su amor a un hombre y la envidia que sentían por aquel bello rostro.
Eran exactamente las doce de la noche cuando los jóvenes amantes lograron encontrarse, fundiéndose en un cálido abrazo que curo todo dolor que pudieron llegar a sentir durante su larga búsqueda que de no haber sido por aquel desafortunado accidente provocado por los mismos residentes hubieran podido estar juntos por la eternidad.
Años después por las noches se miraba en el lado norte de la ciudad a un joven sonriente, caminando con tranquilidad, pero en su rostro había angustia. Cuando la gente se topaba con el chico este describía a un muchacho de piel pálida, decía que necesitaba encontrarlo, después de contestarle amablemente que no sabían nada este desaparece, pero la leyenda aun no era muy conocida por lo que un acontecimiento cambio todo.
—Disculpe señorita, ¿ha visto a un chico de piel lechosa y ojos dorados? Llevo tiempo buscándolo, pero no lo encuentro—
—No lo he visto y si me disculpas tengo prisa me estas atrasando—
No se supo con certeza que sucedió con la joven, solo que fue vista por última vez caminando con un chico de cabello azabache en medio de la noche. Desde aquel día se decía que en las noches un bello hombre preguntaba por su amado y si se le responde de forma grosera o temerosa este los desaparece sin dejar rastro alguno.
La leyenda de los jóvenes amantes no termina aquí ya que en el sur de la ciudad un chico de piel brillante y ojos áureos buscaba desesperadamente a una persona mostrando una fotografía como referencia, pero el rostro en aquella imagen estaba distorsionado y era terrorífico a la vista, las personas que gritaron o se asustaron al observar aquella instantánea fueron silenciados eternamente, sin el derecho a la voz después de que aquel misterioso jade diera media vuelta y desapareciera en la penumbra de la noche.
Si caminas en medio de la noche en el centro de la ciudad de Tóngchéng es probable que te topes con una amorosa pareja en un abrazo interminable bajo la luz de la luna, pero una vez que notan tu presencia no podrás apartar la vista nunca más hasta que tus pupilas dejen de hacer su función, hasta que el recuerdo de sus rostros quede impregnado en tu mente por que será lo último que verás, ya que tu ceguera será de por vida y con dolor interminable por haberlos descubierto.
Son dos amantes que desean permanecer juntos y para lograrlo no importa si el mundo es completamente destruido o la manera de permanecer en sus brazos es haciendo que las voces de la sociedad callen y las miradas juzgadoras dejen de apuntar a ellos.