Aquel hombre no dejaba de tener los ojos clavados en Ryu, el cual sentía el peligro que provenía de el. Si Ryu hubiera sabido lo peligroso que era este sujeto jamás habría pensado en tener aquella partida con el.
_Dime Ryu, te crees muy inteligente_ Pues no realmente, digamos que solo soy alguien con suerte_aquellas palabras solo enfadaron mas al colérico hombre que ardía en rabia pura_No tardo mucho para que aquella figura de un hombre decrepito se distorsionara en la de un demonio_ Ryu quedo estupefacto al darse cuenta que le había ganado al póker a un demonio.
Aunque cualquier persona normal estaría mas preocupada por salir vivo de aquel sitio.
_Por los siglos de los siglos los humanos me han dado un sin fin de nombres de los cuales me conocen como el príncipe de las tinieblas, Abaddhon, Luzbel, Lucifer o simplemente el diablo, y tu un simple humano se a atrevido a engañarme y jugar conmigo_ Espera yo no te e engañado, gane justamente_ Eso es imposible mortal_Claro que no,espara....a no ser que tu hayas hecho trampa, acaso me equivoco_ Sonrió con picardía al darse cuenta de aquel dato.
El diablo enfureció mas hasta que llamas brotaron a su alrededor, a tal punto que las llamas lo recubrieron, el aire y el poco oxigeno que lo rodeaba se fue perdiendo hasta que en aquel callejón no quedaran mas que cenizas.
En un espacio totalmente en blanco, sentía como si su cuerpo flotara, no podía abrir los ojos sentía como si todo a su alrededor fuera intangible, el tiempo se hizo inexistente, al no contar con ningún sentido. Uno, no quizá dos o tres años ya habían pasado, pero el seguía estando allí y a la vez no, acaso este era el castigo que el diablo le había impuesto. El vagar por la eternidad en un espacio totalmente exento de vida y por ende en la soledad perpetua.
En sus visibles lamentos de pronto sintió un cambio en aquel espacio que estaba, por algún motivo aunque aun no podía ver, sentía como su sentido del tacto se recobraba poco a poco, pasados unos meses el sentido del oído se fue dando, aunque lo único que podía oír eran los latidos de un corazón.
No paso mucho para que al fin pudiera sentir sus extremidades, pero no al cabo de un tiempo empezó a sentir sustancias alucinógenas, entre algunas otras sustancias venenosas en su cuerpo. El no tenia mucha tolerancia a estos por lo que se vio algo preocupado, preocupación que fue desapareciendo al ver que su cuerpo lo estaba asimilando poco a poco.
En la servidumbre de la familia Zoldyck, la noticia de que la señora Kikyo daría a luz a un nuevo miembro de la familia no se hizo esperar, la mayoría estaba feliz de tener a un nuevo maestro. Aunque respetaban al primogénito de la familia Zoldyck este no tenia una relación muy amena con la servidumbre, además de que el segundo amo Milluki, era muy perezoso y de carácter conflictivo, esperaban que este nuevo amo sea digno de su lealtad.
Los días fueron pasando hasta que al fin se dio la fecha esperada el tercer hijo de la familia Zoldyck había nacido. Unos ojos azul cielo, con piel tan pálida, pero a la vez sonrojada y suave.
Todos los sirvientes quedaron cautivados por lo lindo que era su maestro, aunque su familia también recibió con alegría a la llegada de este recién nacido, se encontraban algo decepcionados de que no tuviera el cabello blanco. Una característica primordial con la cual nacía el heredero de la familia.
Continuara
En el próximo capitulo, tortura, masacre, acostumbrándose a la nueva profesión.
Anuncio: Cada capitulo será corto, para garantizar el progreso de este, la verdad es que me di cuenta que soy malísima subiendo novelas largas, así que voy a probar que tal va subir novelas cortas. Espero que me tengan paciencia, ya que escribir esto me lleba a desvelarme y no dormir
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Reencarne en un Zoldyck
Fanfiction"La vida es una apuesta, en la que existen los ganadores y los perdedores". Aquellas iconicas palabras fueron el impulso de Ryu. "Entonces yo elijo ser el ganador" "No siempre se puede ganar en esta vida Ryu" Esa fue la última conversación con su p...