VIII

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⚠️ALERTA DE ACT⚠️
*Capítulo narrado, ignoren mi falta de experiencia en lemon, es la primera vez que lo escribo, perdón por la super mega tardanza*

-Que Carajo fue eso?- seguía su vista puesta en aquella puerta que se movía.

-No lo sé, juro que cerré bien, no tengo idea que pudo haber pasado- Miro a la más baja un poco aturdido por la situacion.

-Es una lástima, me a quitado toda inspiración, no te molesta que me recueste un rato?- dijo levantándose del sillón.

-Y-yo, amm, s-si, amm- pronunció muy confundido.

-Gracias Chris- camino por el pasillo dirigiéndose a la habitación.

Sabía que estaba haciendo esa situación demasiado larga, pero también sabía que esta con uno de los chicos más cotizados de su instituto, y si haría algo con él, quería que quedará plasmado más que en su piel en su memoria, y que en su momento no pudiese olvidarse de ella, así que abrió la puerta lentamente, y miro a detalle la recámara, una cama de dos plazas, varias repisas, un armario, televisión, y todo para el entretenimiento y descanso del chico, dio una sonrisa ladina y se sentó en el filo de la cama.

-Y pensar que soy la primera en venir aquí, y mejor aún, antes que la cabeza hueca de la Barbie, voy a saborear este momento como no tienes una idea- hablaba con ella misma mientras acariciaba las sábanas rojas de la cama ajena.

Quito sus botas negras de cuero, y las colocó frente la cama, subió sus piernas con delicadeza y se recosto dándole la espalda a la puerta, sabía que el ojinegro aparecería ahí tarde o temprano, se acomodó de forma que sus piernas quedarán a total vista del chico, subió otro poco su falda, acomodó su sostén, colocó sus manos delicadamente y espero a escuchar cualquier indicio de que el chico estaba presente para fingir estar plácidamente dormida.

-Agh!, como deje que esto pasara, fui débil por un momento, y ella lo sabe perfectamente, tengo que llevarla lejos de aquí, o no se realmente que tan cuerdo pueda terminar- Chris se paseaba de un lugar a otro en su sala, con las manos en su cabeza alborotando su cabello.

Decidido camino hasta su habitación, y con la luz que provenía de fuera la miro recostada en la cama, se recargo en el marco de la puerta con los brazos cruzados, la miro de pies a cabeza, se veía tan tierna, pero el sabía que era todo lo contrario, se sumió en sus pensamientos que comenzaron a tomar otra dirección, su imaginación volaba, y se imaginaba pasando sus manos sobre aquella tersa piel, recordando lo suave que era, sus labios sobre los suyos saboreando su sabor, y las manos juguetonasde ella por toda su espalda, no se dio cuenta en el momento que relamio sus labios, y pasó saliva con pesadez, su respiración se volvió agitar, y las piernas le temblaban, se decía en su interior mil veces *sacala de aqui*, pero su cuerpo, ya pedía algo más.

Se acercó a ella lentamente, al tenerla más cerca pudo oler nuevamente ese perfume que lo enloqueció desde que entró en su apartamento.

-Eres todo lo que tengo prohibido, eres todo de lo que jure alejarme, pero eres todo lo que necesito ahora- susurraba imaginando que la chica estaba dormida.

Pasó su mano sobre las medias negras de la joven, y paro cuando llegó al borde, dando paso a su tibia piel, lo pensó por unos segundos, y mando todo al Carajo, acaricio suavemente sus muslos, mientras imaginaba todo lo que pudiese hacer con ellos, estaba tan centrado en lo que hacía, que no se percató cuando la chica lo miro.

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