-Haneul baja-
Mí madre estaba llamando desde el otro lado de la puerta.
Froté mis ojos y me levanté con pocas ganas.
Caminé hacía el baño y tomé una ducha de unos 15 minutos al salir me puse el uniforme.
Bajé las escaleras y me encontré con mí madre.
-Mamá llego tarde, me voy- Dije viéndola con una tostada en la mano-
-Haneul no tengas tanta prisa todavía no has desayunado- Dijo-
Resoplé.
-Mamá de verdad que no tengo tiempo- Dejé un beso en su mejilla-
Cogí la mochila y salí a la calle en dirección a la universidad. Hoy era Lunes.
Las hojas de los árboles caían como plumas. El suelo de la ciudad era una alfombra de tonalidades marrones y rojas.
Giré mí cabeza encontrándome con los abusones del instituto. ¿Desde cuando ellos toman este camino?
Aceleré mí paso hasta llegar a la universidad. Una vez allí empecé a buscar mí clase. Era el primer día. Llevaba un año en la universidad y hoy seguiría con mi segundo año.
Entré en la clase 115, la mía. Allí me encontré con mucha gente, la verdad si soy sincera no tengo muchos amigos, pero a Park Rosé la consideraba mi mejor amiga, era como mi hermana.
Al entrar en clase empecé a buscar a Rosé ¿es enserio? ¿Esta niña iba a faltar el primer día?
-Buenos días- Escuché la voz de Rosé detrás mío causándome un susto- ¿Cómo estás?- Sonrió-
-Dios casi me provocas un infarto- Le pegué un codazo- He dormido fatal- Me senté en una de las mesas del fondo-
-¿Y eso? ¿Con quién has soñado?- Preguntó Rosé sentándose a mí lado-
-Con Bangtan- Susurré -
-¿Es enserio?- Me miró abriendo sus ojos- ¿Y que pasaba?-
-Pues que a la hora del comedor me tropezaba delante de los siete chicos y ellos me miraban muy mal- Dije recordando la pesadilla de esta noche-
-Bueno no te preocupes, Bangtan no viene a nuestra clase, o eso espero- Dijo Rosé cruzando sus dedos-
-A ver todos en sus sitios- Dijo el profesor entrando en la sala-
Cuando el profesor estaba a punto de comenzar la clase alguien tocó a la puerta, el profesor pronunció un leve "adelante" dejando ver a siete hombres que ahora mismo causaban miedo en mi interior a pesar de que nunca había interactuado con ninguno.
-Llegan tarde, siéntense y que esto no vuelva a suceder- Les advirtió el profesor-
Los chicos se sentaron delante nuestro haciendo que no pudiéramos ver la pizarra por sus grandes alturas.
¿Bangtan iba a estar en mí clase durante todo el curso? Iba a necesitar demasiada paciencia.
Rosé y yo llevábamos media hora tratando de descifrar lo que ponía en la pizarra ya que los siete chicos eran incapaces de callar o al menos apartarse para que dos enanas pudieran ver la pizarra.
De repente se me escapó un suspiro haciendo que el aire que había salido de mi boca rozará el cuello de Jungkook, el maknee. El se giró dirigiéndonos una mirada de lo menos amigable.
Sentí un escalofrío pasar por mi cuerpo. ¿Como podía ser que esa mirada aparentemente tierna fuera tan aterradora?
Después de esa mirada no pude centrarme en la clase, la verdad que me daba miedo, solo había suspirado. Tenía que andar con pies de plomo.
