Pescando Cumplidos

Séptimo Toque: Golpe como una, juntas

El horario de Su Excelencia hoy

06:00 - Levántate y báñate.

07:00 - Desayuno con la comandante Kujou Sara.

07:45 - Inspección de tropas Pez espada III y Calamar II.

08:00 - Firma tratado de paz provisional con Sara.

10:00 - Espere noticias sobre los Fatui de parte de los soldados de élite de Sara.

12:40 - Almuerzo.

14:30 - Comienza el ataque conjunto de la Resistencia - Shogunato en las fortalezas de los Fatui.

Los ojos de Kokomi se detuvieron sobre los pulcros garabatos de Gorou, antes de dejar el papel. "Hoy será un gran día", dijo la mujer desnuda, mientras se inclinaba hacia los brazos que la esperaban de Sara. Ella dio una sonrisa de satisfacción mientras Sara acariciaba su desordenado cabello rosado. Después de todo, acababan de despertar y Kokomi acababa de recibir el recordatorio de Gorou.

"Hoy es el día en que terminamos la guerra y comienza nuestra vida juntas", susurró Kokomi, mientras Sara besaba la coronilla de su cabeza, envolviéndola en sus delgados y musculosos brazos. Sus piernas estaban entrelazadas, y el cuerpo ágil y cálido de Kokomi se sentía celestial en el abrazo de Sara.

La voz de Sara estaba llena de emoción. "No puedo esperar, mi amada".

Los rayos del sol penetraban en el gran dormitorio de la líder suprema, llenando la habitación con la suave luz del amanecer. Las dos mujeres pasaron un rato abrazándose y besándose con devoción. Sin embargo, el deber llamó. Se dirigieron al sauna y tomaron un largo y caliente baño juntas, hablando de las muchas vistas de Watatsumi a las que Kokomi quería llevar a Sara. "No tengo ni idea de Watatsumi, aunque probablemente sea la isla más hermosa de todo Inazuma", admitió Sara, mientras se sumergían en el agua caliente. "¿Cuáles serían algunos de los lugares más románticos que podríamos disfrutar?" se preguntó soñadora.

Había muchos lugares escénicos esparcidos en la región: los restos esqueléticos de la Bestia Marina Solitaria en la playa, donde Anisa y Kumi solían pasar el rato, las muchas cascadas que se cubrían como cortinas sueltas a lo largo del interior de la isla, y por supuesto, los miradores con vistas a Enkanomiya, el misterioso remolino y caverna que estaba directamente debajo del Palacio Nacarado.

"Tengo en mente muchos lugares para nuestras citas futuras", había dicho Kokomi, sumergiendo la mitad inferior de su cabeza en el agua tibia y haciendo burbujas, "pero pocos coinciden con el romance y el misterio que es el abismo bañado por la luna. Conseguir nuestra victoria ganada con tanto esfuerzo, lo primero que estoy haciendo es llevarte a ver los lugares de interés de Enkanomiya".

Sara, sentada frente a ella, sonrió y se acomodó la toalla mojada en la cabeza. Ella dejó escapar un suspiro de satisfacción. "Tú puedes ser la jefa. No soy buena para entretener. Ni siquiera he tenido una cita antes. Sería mejor si sigo tu ejemplo en cuanto a dónde vayamos para divertirnos".

Señaló con un dedo burlón a Kokomi. "¿Pero desde cuándo no eres la jefa?"

Kokomi se rió. "¿Nunca has tenido una cita romántica, pero ya te he sometido a la deliciosa agonía del Reef Rack? Pobre de ti".

"¿Y de quién es la culpa?" Sara se burló de ella, antes de que las dos amantes estallaran en un ataque de alegría afable.

Luego llegó la hora del desayuno. La comida en el Palacio Nacarado fue de una calidad y frescura impecables: hoy a Sara y Kokomi les sirvieron sopa de miso fresca, fideos soba fríos y el mejor natto que Sara haya probado. Incluso en la casa Kujou, donde la Comisión Tenryou tenía acceso a los mejores productos, Sara nunca había tenido comida tan fresca y deliciosa como en la isla Watatsumi. Ella y Kokomi hablaron casualmente sobre las cláusulas de su tratado; los puntos más importantes ya se habían acordado. La isla Yashiori debía ser evacuada de las tropas de la Resistencia y del Shogunato, la Resistencia debía cesar todos los ataques al este de la isla Kannazuka, y al Alcor ya no se le permitiría permanecer en aguas de Inazuma.