Reacciones de los personajes de Tokyo Revengers al verte usando una prenda/accesorio de alguien más.
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Estás sentada frente a Koko del otro lado del gran escritorio que los separa, mirabas sus movimientos atentamente.
—Yo sé que estás muy enamorada de mi ¿pero podrías dejar de mirarme así? Estoy tratando de concentrarme mientras cuento mi dinero.— alardeó.
—¿Te pongo nervioso Koko? — te burlaste. Koko solo puso los ojos en blanco. —¿Y si en vez de molestarme me ayudas a contar?—bufó. —Toma, cuenta esto.— Tu solo te reíste entre dientes pero aceptaste. Contar el dinero había resultado ser algo relajante cuando te concentrabas en ello.
Ahora el que de vez en cuando te dedicaba algunas miradas era él, le gustaba admirarte en silencio, ver tu cara de concentración y tus delicadas manos contar y contar. Eso hasta que vio el extraño anillo de serpiente que adornaba uno de tus dedos.
—¿Y eso que llevas puesto? — preguntó normal, pues le había llamado la atención.
—¡Shh, estoy contando! — dijiste acomodando una pila de monedas. —Me lo regalo un amigo mío ¿esta genial, no? — dijiste aun totalmente concentrada en lo que hacías.
Eso a Koko no le pareció, deberías usar uno de sus cientos de anillos. Un sentimiento extraño en su estómago se apoderó de él.
—¿De dónde lo sacó? ¿De la máquina de chicles? — se burló para esconder su enojo.
—¡No seas grosero Hajime! ¡Me lo regaló de buena manera! No pienses cosas que no son— defendiste.
—Tienes razón T/N, si yo quisiera conquistar a una chica, no le daría esa baratija. — Se cruzó de brazos y dejo lo que estaba haciendo. Estaba celoso.
Lo miraste mal, pues su comentario no te había agradado. —¿qué es lo que realmente te molesta Hajime? — preguntaste de manera tranquila.
—¿Y quien dijo que estoy molesto? No lo estoy T/N.— dijo fingiendo que volvía a contar los billetes que tenía frente a él.
—De acuerdo ¡te creo! — le sonreíste, sabias que esto lo haría reaccionar. Pues lo conoces tan bien que sabes que él esperaría que preguntaras más.
Varios minutos de silencio después y de varios suspiros molestos de Koko tratando de llamar tu atención. Se levantó de su silla y se dirigió a una caja que mantenía con llave, sacó algo de ahí y se volvió a sentar frente a ti.
—Dame tu mano T/N. — dijo en modo de exigencia. Lo miraste confundida pero estiraste tu mano hacia el, quitó el anillo delicadamente para no lastimarte y colocó uno nuevo en tu dedo. Uno brillante y bonito.
—Solo comparto mis cosas con personas que son verdaderamente especiales para mi. Me haría sentir bien verte usar cosas misas, no me agrada la idea de que otras personas se den esa importancia. — dijo mirando hacia otro lado, como si eso pudiera ocultar el sonrojo en sus mejillas.
Sus palabras te tomaron por sorpresa y dejaron tu corazón acelerado. —¡Gracias Koko! Me haces sentir que soy especial para ti— dijiste con los ojos cristalizados.
—Eres especial para mi, después de todo por algo eres MI novia ¿no crees? — soltó sonriendo, pero ahora con esa voz presumida.
—Así que... ¡ya no más necesitas esto!— dijo orgulloso lanzando el anillo por la ventana y salió corriendo de ahí.
—¡¡¡HAJIME KOKNOI!!! — gritaste corriendo tras de él.
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