Prólogo.

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Sentado en el piso del departamento sus lágrimas caían como cascadas por su pálida cara, no había rastro de emoción alguna, solo su mirada en algún punto de la pared frente a él y sus lágrimas.

¿Pero que significaban las lágrimas?

¿Miedo? ¿estrés? ¿confusión?

Estaba en un shock sin poder moverse, sus piernas entumecidas de tanto tiempo tenerlas doblabas soportando el peso de su cuerpo. Sus manos hecha puño a cada lado de sus piernas.

Y es que el dolor físico es más soportable que el dolor mental, porque esta ahí sin cesar, palpitando, los recuerdos, tormentos, problemas. Te sientes perdido, sin algún motivo para continuar, viendo su alrededor siendo todos felices.

¿Pero realmente son todos felices? o ¿solo es mi mente jugándome otra mala pasada?

Necesito respuestas, necesito saber, necesito alguien o algo en que apoyarme...

Su vista haciéndose borrosa, cada segundo que pasaba sentía su cuerpo pesado, con la poca fuerza que quedaba se levanto del piso, caminando hacía la puerta que daba al baño de su habitación.
Llegó y puso la tina a llenar, entrando en ella y acostándose, esperando que el agua subiera hasta tapar su cuerpo, dejando rebalsar el agua y hundiéndose en el proceso.

Estaba respirando bajo el agua.

Era como respirar aire sólido.

Solo pudo escuchar un murmullo a su lado para abrir los ojos y ver una sombra, para que todo quedará en un silencio abrumador y la oscuridad reinara a su alrededor.

No soy un monstruo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora