Una vida contigo 3

No me vas a dejar

-¿Que? Pregunto el esperanzado

-Vamos a ayudar a tu papá

-¿Estas loca?

-Mira podemos ayudarlo a salvarse de la cárcel por que se que sería un golpe demasiado fuerte para vos y adicional hacer que deje sus negocios solo falta que el acepte

-Confio en ti le respondió Charly.

Yeimmy se acercó y le dió un beso en la frente.

-Con respecto a Emilio... ¿Me perdonas?

-Mañana hablas con el, el decidirá, entiendo que estabas mal pero... No te justifica y lo sabes

-Si si fui un completo imbécil

-Bueno ya vení más bien nos acostamos que necesitas dormir bien, mañana será un largo día y vas a estar con guayabo.

Ella se acercó y lo besó.

-Sabes a puro whisky Charly

El sonrió observándole el rostro

-Ya lo sabías entonces porque me besas

Yeimmy lo miro y también esbozo una risa.

Charly se puso sobre ella sosteniendose a los laterales con sus manos para no dejar todo su peso contra ella y comenzó a besarla de nuevo, pero un poco más rápido con menos inocencia.

-No mi amor estás tomado decía Yeimmy retirándose

-Pero es que te ves más hermosa aún, dijo Charly besándola de nuevo

Yeimmy no demoro mucho en ceder y enredo sus piernas a la pelvis de Charly.

-Esa mierda grito Charly al sentirla

-Shhh cállate idiota que los despertas y ahí si no podemos hacer nada dijo ella

-Esta bien dijo Charly susurrándole al oído

Ambos comenzaban rápidamente a desvestirsen.

Charly al verla desnuda comenzaba a recorrerla con besos en cada rincón de su cuerpo lo que hacía que se estremeciera de placer, subía de nuevo al rostro y le decía con respiración acelerada.

-Te amo, por favor no lo dudes, prometeme que no me vas a dejar.

-Eres mi vida, podemos pelear mil veces, pero se quien eres en verdad, nunca espero menos de ti, no te pienso dejar desde que sigas siendo este hombre que eres le respondió Yeimmy acariciandole el rostro.

-No lo dejaré de hacer por qué vos y mis hijos, sacan lo mejor de mi

-No los nombres cuando estamos aquí pegaditos amor dijo Yeimmy riendo

Charly siguió recorriendo el cuerpo de Yeimmy pero está vez no con besos si no con caricias, que terminaron en ellos dos siendo uno solo, a un compás que solamente ellos escuchaban, perfecta cordinación, los mejores pasos de baile, el sudor solo era la confirmación de una excelente noche y los besos intermitentes la muestra del amor que los dominaba, de ese amor que no caducaba si no que cada vez se hacía más fuerte.

Luego de tan satisfactorio encuentro de cuerpos, durmieron juntos aún desnudos, abrazados, unidos, como siempre debe de ser.

Pasaron las horas de la noche, las de la madrugada y un par de la mañana pues habían dormido de más.

Emilio se despertaba, abrió la puerta de la habitación de Mirari y se dió cuenta de que estaba despierta.

La saludo

-Hola, no te muevas mucho ya les aviso que estás despierta, por favor no te caigas.

Emi dejo la puerta abierta y fue corriendo a la habitación de ellos, pero para su sorpresa estaba con seguro así que empezó a golpear un poco fuerte la puerta