Entre amores y riquezas [EN CURSO]

Prólogo

Él

No sabía que desde ese día en que me pidió ese muffin y café con leche, mi vida cambiaría de arriba para abajo. Cabello negro teñido de rubio, piel blanca, labios tan finos que su sonrisa sería hermosísima, ojos tan circulares y abiertos con el iris color marrón café y de complexión delgada pero «rellenita», cómo diría yo.

No se despega del celular, marca iPhone 13, de los últimos que salieron. Es muy orgullosa y vanidosa. No muestra ni una pizca de empatía y se cree mejor que los demás. Pero conmigo es... diferente.

Ella

Y ahí lo ví. Bueno, desde hace ya tiempo lo vengo observando, no como acosadora, para que quede claro. Él es de piel blanca pero se veía que llevaba mucho sol, y le daba ese toque moreno bronceado, lo cual me gustaba. Ojos casi achinados, si no saben qué es, búsquese un chino y entenderán. Labios gruesos que desearía sentir que se sienten saborearlos en un beso. Pelo corto y liso y de complexión delgada.

Él cree que sabe todo sobre mí. Tiene una deducción sobre mí que hasta envidio. Casi todo lo que dice de mí es cierto. Seguramente cree que me enamoré de él por su físico, que no negaré es hermoso. No, no es por eso. Su forma de ser es... lo que me atrae.