Capitulo 28.

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Erika: no sabía que estabas aquí (volteo a verlo)

Eduardo: cuanto tiempo sin verte, sigues igual de hermosa que siempre (trato de acercarse)

Erika: gracias (se alejó) y tú sigues igual, si me disculpas tengo que retirarme (seria)

Eduardo: cuál es la prisa, ven (la tomo de la mano) vamos a tomarnos un café para hablar, que te parece

Erika: tú y yo no tenemos nada de qué hablar por el momento (se zafo) así que si me permites tengo cosas más importantes que hacer

Eduardo: ósea que soy una pérdida de tiempo

Erika: para mí lo eres

Eduardo: wow Erika Buenfil sigue siendo la misma que conocí, altanera y orgullosa (bufo)

Erika: mira Eduardo la verdad no tengo ganas de discutir nada ahorita, así que por favor déjame en paz (en ese momento sintió un mareo pero trato de disimularlo)

Eduardo: porque te enojas, sabes que digo la verdad (serio)

Erika: mira enserio yo (trato de decir)

Erika se desmayó y antes de que cayera al piso Eduardo la logro agarrar para evitar que se golpeara.

Eduardo: Erika (preocupado)

Valet Parking: aquí está el coche de la señorita (abrió la puerta)

Eduardo: gracias (lo miro)

Eduardo tomo a Erika entre sus brazos, la subió al auto y la recostó en el asiento del copiloto, la aseguro para que no se fuera a golpear, cerró la puerta y corrió a subirse al auto y condujo a su departamento, pasaron 20 minutos y por fin llegaron, la cargo hasta el departamento y al llegar la recostó en el sofá para que estuviera más cómoda, dejo las llaves del auto de Erika en su bolso y se dirigió a buscar una manta y también fue por alcohol para hacerla reaccionar, tardo algunos minutos más en reaccionar pues la impresión de volverlo a ver, verlo con otro chica y había bebido algunas copas, eso fue demasiado para ella, después de pasar varias veces el alcohol por la nariz de Erika por fin reacciono..

Erika: auch dónde estoy? Y que me paso? (se sentó)

Eduardo: te desmayaste, quizá fueron los tragos (se sentó a su lado)

Erika: y dónde estoy? (lo miro)

Eduardo: en mi departamento

Erika: yo me voy (se levantó)

Eduardo: vamos quédate, no pasa nada, no te haré nada (la detuvo)

Erika: tú estás loco, pronto llegara tu mujer y no le gustara nada verme aquí (celosa)

Eduardo: no, ella se irá a nuestra casa

Erika al escuchar esas palabras de Eduardo se le rompió más el corazón, pues ahora el hombre que ama compartía con otra mujer lo que hubiera querido que compartiera con ella y su pequeña, trato de hacer que no le importaba y contuvo las lágrimas.

Erika: a qué bien, de todos modos no es correcto, me voy (tomo su bolsa y se levantó)

Eduardo: cómo eres aferrada (se levantó y camino detrás de ella)

Erika: y tú eres tan estúpido, (lo volteo a ver) tan imbécil, sigues siendo el mismo, no cambias, no cambiaste Eduardo y yo (se quedo callada)

Eduardo: cálmate Erika (serio) y tú qué?

Erika: yo nada, me largo, no vuelvas a buscarme ¿entendiste? (molesta) no te preocupes por mí, yo estoy muy bien, cuando yo quiera hablar contigo lo haré no cuando tú quieras (trato de abrir la puerta)

DEL ODIO AL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora