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Maia y Horacio se veían desafiantes, ninguno quería dar el brazo a torcer, incluso se podía escuchar el latido rápido de ambos corazones.

–¿No te parece suficiente ya?

–Horacio, o hablas claro o mejor no digas nada.

El nombrado bufó y cerró sus puños. –Me vienes con tus estupideces justo cuando acabé de perder a mi mejor amigo, ahora sé que el loco de mi padre está vivo y peor aún ¿soy tu hermano?

La rubia estaba indignada, incluso relajó sus hombros al entender la postura del contrario. –Pues es lo que te digo.

–¿Algo más que tenga que saber?

El director no creía ninguna palabra, aunque lo venía sospechando desde hace un tiempo ya, pero no quería imaginarse ser familiar de aquel... Ser. Era doloroso saber aquello, se negaba.

–¿Eres tonto o te haces?

–¿Cómo quieres que te crea maldita mentirosa? Siempre me ocultas todo y cuando estoy a punto de llegar a conocer la verdad, me la arrancas de mis manos.

–No me hables así, niñato.

–Te hablo como me dé la gana, ni respeto te tengo ya.

El cuerpo del de cresta se sentía pesado, analizando toda la situación era más que obvio que le decía aquella información por algo, odiaba creer sus palabras llenas de veneno, pero era inevitable.

–¿Sabes con quién estás hablando? Te puedo quitar todo lo que tienes ahora, no más recursos, no más agentes y no más trabajo.

Los ojos bicolores la observaron con burla y agregó con sorna, con un tono picante que hizo enfurecer más a la mayor.

–Me harías un favor, déjame libre.

Los segundos parecían minutos y sus barreras se rompieron tal cristal... Los pedazos de estos se incrustaron dolorosamente en diferentes mentes, por la siguiente frase.

–Charlotte se decepcionará de ti.

–¿Cómo? - Cualquier tono de socarronería se perdió, dando paso al enojo el cual le iba poco a poco nublando su juicio. –¿Qué tiene que ver ella con esto?

–¿Aún no te das cuenta "Her-ma-ni-to"? Aquella historia tan triste que tuvimos que vivir, mi madre fue dañada a tal punto que ahora ni nos recuerda, a causa de que nuestro padre asqueroso le hizo creer que nos había matado. ¿No te parece suficiente para que ella tenga que ver en esto?

La voz de la rubia cada vez bajaba más y más, al punto que apenas fue un murmullo la horrible pregunta que formuló. Horacio trastabilló, como si algo lo hubiera empujado hacia atrás, a pesar de ello no dejó más indicios de su impresión. Agachó su cabeza, odiando que sus ojos ardieran por las lágrimas que amenazaban en liberarse.

–¿Por qué?- Fue lo único que salió del director, solo quería una respuesta.

Un silencio ahogante se creó, Maia quería abrazar a su familiar, pero solo se llevaría una reacción brusca si lo intentaba y lo conocía.

–¿Por qué, qué Horacio?

–Conoces lo que quiero saber, ya basta de hacerte la estúpida.

–Deja de tratarme así.

–¿Y cómo quieres que te trate? ¿Te debo respeto alguno? ¡¿Te debo algo siquiera?!

–¡Soy tu hermana mayor!

–¿Y eso importa ahora? ¿Eso importó alguna vez? Lo único que siento es asco ahora mismo. ¿Qué te hicieron? ¿Qué nos han hecho?

La mujer suspiró cansada, no atinaba como sentirse e incluso estaba llegando a su punto de quiebre.

True || Horacio Pérez. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora