Capítulo 7

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Hace dos horas que llegamos a la prisión y algunos mayores se han encargado de despellejar al ciervo mientras que los otros se han encargado de matar a los caminantes de las vallas o simplemente a hacer una fogata en el patio trasero para asar al ciervo.

A mí me han mandado a hacer la fogata junto con Rick.

─ ¿Sabes hacer una fogata, Astrid?

─ Más o menos, suelo tardar mucho si es a lo normal, pero con encendedor no tanto.

─ Bueno, pues estás de suerte porque aquí hay un encendedor.

Suelta unas risitas y yo río con él.

Coge el encendedor y se dispone a hacer una fogata mientras yo lo miro con detenimiento.

─ ¿Quieres hacerla tú? ─Pregunta mirándome con una sonrisa torcida.

─ Vale.

Cojo el encendedor y en un rápido movimiento, ya estamos los dos soplándole al fuego para avivar la llama.

─ Ve a avisar a los demás para que traigan el ciervo, ¿está bien?

Me levanto de mi sitio y me dirijo al patio delantera, busco con la mirada la posición de los del grupo y me acerco, les aviso de que ya vayan al patio trasero y voy hacia las vallas, avisándoles a los demás que en unos minutos ya estará el almuerzo.

Cuando llego al patio trasero, están todos sentados en ronda alrededor de la fogata, asando por fin al ciervo.

Busco un hueco libre entre algunos de los integrantes del grupo y me siento al lado de Beth, quien me dedica una cálida sonrisa antes de abrazarme. En estas dos semanas he reforzado mis lazos familiares con Beth y Maggie.

Tuvimos una charla en cuanto a lo de mi maltrato en tiempos anteriores, me pidieron disculpas y todo tipo de explicaciones del porqué no me defendieron, me dijeron que estaban muy arrepentidas de no haberlo hecho, a lo que yo le contesté que no importaba, que todo ya estaba en el pasado y que no tomé eso en cuenta para nada.

Desde entonces, están más apegadas conmigo.

Luego de comer, cada uno se dirige a sus celdas a dormir la siesta, otros están en la torre de vigilancia, otros matando a los caminantes restantes de la valla y otros quieren ir por provisiones.

Yo como no tengo nada que hacer y lo más entretenido por ahora es ir de provisiones, me acerco hacia donde Rick y otros más planean ir.

─ Rick, quiero ir.

─ No. ─Se interpone Glenn.

─ ¿Qué? ¿Por qué?

─ Es peligroso ─dice Rick─. Iremos a un supermercado cerca de aquí. Puede estar infectado de caminantes.

─ Y es por eso mismo que os vendrán mejor unas manos extras para acabar con ellos lo más rápido posible, cogemos todo lo que podamos y nos volvemos a la prisión. Es temprano y con suerte volveremos antes del anochecer. Piénsalo bien, Rick. Soy rápida y puedo ser útil.

Lo piensa por unos segundos y luego asiente, dándome permiso para acompañarles en su búsqueda de provisiones.

─ Si ella va, yo también.

Dicen a mis espaldas, y no me sorprende. Carl. Él siempre se molesta cuando su padre no le deja acompañarle, y que ahora me haya dejado a mí, claramente le ha molestado más de lo normal. Y su tono de voz lo ha delatado.

─ No, Carl.

Él bufa y su cara se va tornando roja. Está cabreado. Y mucho. Y debo admitir que así, da miedo.

We Can Survive ~Carl Grimes~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora