Making a Family// Bellarke

Uno.

 Clarke tenía diecisiete cuando su madre le dijo que estaba embarazada. Antes de que pudiera lograr procesar ese hecho, en su cumpleaños número dieciocho estaba con su amiga en una fiesta cuando al ser las tres de la mañana, su madre la llama. Estaba en el hospital, iba a tener la bebé. Para cuando llegó, su madre no había resistido al parto. Era consciente que su madre estaba grande para tener hijos, pero no creyó que iba a perderla.

Al llegar del hospital, aún con la ropa del baile de hace dos días, se sentó en el sofá de la casa de dos plantas que tenía su madre. ¿Quién era el padre de la niña que tenía en sus brazos? Su madre dijo que no serviría de nada decirle, ¿Y ahora que haría con ella? ¿Y su universidad?

Muchas veces no procesaba que su madre ya no estaba porque estaba tan ocupada con la bebé que requería tantos cuidados, que esta creía que no podía darle.—Por favor, Madi—murmuró con sus ojos llorosos también, ambas llorando en la madrugada.

—¿Necesitas ayuda?—su amiga Raven entró, con quien compartía la casa. Raven pagaba una parte y era más fácil para subsistir con Clarke. Y con esa renta y la pensión que le correspondía a Madi por ser menor de edad y tener a su madre difunta, aún así no era totalmente completo, pero para el primer año de la niña pudo sobrevivir.

Se adaptaron bastante bien a la otra luego de tiempo, de hecho la niña había gateado mientras que Clarke estaba en sus clases virtuales, porque había buscado una alternativa para quedarse con Madi todo el día.

Era una bebé, necesitaba contención.

—¡Llegó la madrina Raven!—Raven si iba a la universidad, pero la forma que no le molestaba destinar su tiempo para ayudar a Clarke con la pequeña de ojos verdes, hacía que la rubia estuviera agradecida.

—A ver si le muestras a Raven como gateas—Clarke puso levemente a la niña para que gatee, pero esta descansó en el suelo—¡Vamos!—se quejó riendo—. No me hagas quedar como loca.

—Oh, de verdad te veo así—rió Raven.

Clarke rodeó los ojos tomando a la niña y jugó con ambas narices, mientras la pequeña estiraba sus bracitos con intensión de tocar el rostro de su hermana.

Cuando la bebé cumplía diez meses, Clarke se levantó como de rutina, vio a Raven partir a la universidad y siguió su rutina: se entró a bañar con el aparato que indicaba si la bebé se despertaba, salía, se peinaba, se colocaba un poco de corrector para esas ojeras, caminaba a la cocina, se hacía un café, se preparaba todo en la mesa y se sentaba tranquilamente hasta las diez de la mañana, que era cuando la pequeña Madi se despertaba. Clarke se tomaba un momento, y mientras la clase seguía, ella iba por la niña y continuaba con la clase con la niña en sus brazos y el biberón ya hecho desde antes, con la cámara apagada.

Le llamaba la atención las otras tres personas que tomaban virtual, si sabía que había una chica con una discapacidad y le habían facilitado de eso, pero nada más de los otros, así como nadie sabía de ella. Era justo.

Cuando le tocó una hora libre ante la ausencia de un docente, tenía a la niña a su lado, sentada en el piso cuando su celular suena. Observó la llamada de Raven y atendió: "Cuervo"

—Ey, hola. ¿Te molestaría si luego de clase voy con dos amigos a hacer un trabajo? Si no, no hay problema, pero como vi—Clarke negó "No no, está bien. Yo igualmente tengo que llevar a Madi al control con el doctor en la tarde"

—Gracias—Raven sabía lo mucho que a Clarke le tomó hacerse responsable de su hermana, inclusive alejar a viejos amigos, pero nunca Raven. Sería estúpido, era su mejor amiga y se conocían desde el jardín, y la sala de estar con más de un marco de ellas lo indicaba. Era tierno y siempre habían estado para la otra.