Temática: SMUT, Enemies to lovers, university roommates
Palabras: 4164
Publicación: 021221
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No lo soportaba y era tan evidente. Nos habíamos odiado el uno al otro desde el mismísimo instante en que nos habíamos conocido.
Maldito sea el imbécil de la administración de la universidad que decidió qué, de todas las personas del universo, tenía que compartir habitación con el maldito Lee Minho.
Es tan insoportable. Deja el cuarto siempre hecho un maldito desastre, no recoge sus cosas nunca, llega apestando a alcohol a altas horas de la madrugada y ni hablar de las veces que he tenido que evitar ir a mi propia maldita habitación solo porque el maldito tenía alguien con quien follar. ¡Encima nunca cierra con la maldita llave y cuando un día nos roben por su culpa pienso culparlo y dejarlo cargar con la culpa porque se lo merece!
Os juro que lo destrozaría a pedacitos y luego lo quemaría para que no quedase absolutamente nada de él.
Es molesto, egoísta, malhumorado y malditamente atractivo. ¿Como alguien tan imbécil podía tener un rostro tan bonito? ¡La vida es malditamente injusta!
Le odio con todo mi ser, sin embargo hay algo que me impide resistirme a él cada vez que acabamos en una de estas situaciones.
Y por eso probablemente ahora mismo estaba en su cama, atrapado entre sus brazos sin poder salir, porque el desgraciado se había quedado dormido conmigo así.
Tendría que golpearlo, despertarlo y gritarle que se apartase de mí. Que no somos nada, ni tan siquiera amigos y que no quiero dormir en su maldita cama.
Pero estoy cómodo, eso no voy a negarlo. Solo quisiera que estás situaciones se dieran con alguien diferente, no con alguien que odio.
No con mi maldito compañero de habitación el cual no soporto. Empiezo a pensar que sería buena ocasión para defenestrarlo y decir que fue un accidente.
¡Vaya! Si parece que se está despertando y todo, ya tenía miedo de quedarme aquí para siempre.
"¿Te ha costado, eh?" Me burlé de él con malicia. Si, sé que no es su culpa que se quede dormido, pero ya lo he dicho, no le soporto.
"¿Que?" Preguntó él, mirándome con esa cara de falsa inocencia que tiene nada más despertar la cual engañaría a cualquiera.
"Que te has dormido abrazándome y quiero que me sueltes para poder irme a estudiar. Una cosa es follar y la otra que me uses como tú puta almohada." Dije con sequedad.
