En la dulce planeación de la venganza, si se junta el dolor con el placer, nada puede salir mal.
O al menos, eso es lo que Jeonghan comprobaría aquella noche.
Hace cinco años atrás, el precioso chico de rostro angelical casi conoció al mismísimo satanás gracias a millonarios sádicos que creían en el abuso sexual hasta la muerte como su concepto de diversión.
Su cuerpo nunca podría ser curado de todos los latigazos, marcas y puñaladas que había recibido, su mente nunca olvidaría las imágenes de los cuerpos de aquellos que había considerado su familia siendo profanados aún después de haber perdido la vida. Pero al menos... Había sobrevivido, e iba cobrar cada una de esas almas tomadas por la crueldad humana.
Las arañas de cristal que colgaban del techo brillaban hermosamente, el champagne se servía a borbotones desde una píramide de copas, los bonitos canapés estaban esperando en charolas de cristal listos para ser devorados. El amplio salón con piso impecable de marmol reflejaba los detalles dorados de las paredes y cortinas, a donde sea que mirasen gritaba elegencia y dinero, un escenario perfectamente creado para los invitados que comenzaban a aglomerarse en la enorme puerta francesa de la entrada principal.
Jeonghan, quien observaba todo desde el ala izquierda de la enorme mansión se distrajo ante la cálida presencia sobre su espalda, se permitió inclusive descansar contra el amplio pecho que le cubría.
- ¿Todo este banquete para mí? Mi precioso ángel... No cabe duda alguna de tu amor por mí.
La voz que habló contra su oído tenía matices roncos y suaves a la vez, siempre lograba hacerlo estremecer inclusive después de todo este tiempo juntos.
Se limitó a sonreír, enlazando los dedos con aquel varón de ojos oscuros.
- Te prometí lo más delicioso para nuestra fiesta de compromiso, ¿No es así? Asegúrate de estar listo para la sorpresa principal.
Habló dulcemente, jadeando sin pena alguna al sentir la pecaminosa lengua de su amado recorriendo el camino detrás de su oreja antes de atrapar el lóbulo de la misma entre sus dientes con una risita ronca, llena de burla.
- No puedo esperar, mi amor.
Con un beso húmedo de despedida finalmente logró apartarse de su Joshuji, el demonio más importante del inframundo... No, un momento, corrección... En aquel mundo, su supuesto prometido era Joshua Hong, el billonario más importante de Corea del Sur.
Bajó las amplias escaleras de marmol cubiertas por una preciosa alfombra de color rojo, ofreciendo aquella sonrisa angelical que había practicado por tanto tiempo. Su rubio y corto cabello brillaba bajo las luces del salón como lo hacía el alcohol dorado bajo las copas. Su traje negro a rayas blancas le hacía lucir como el hombre más divino que hubiese pisado la tierra jamás.
- ¡Bienvenidos, damas y caballeros! Gracias por venir a mi fiesta de compromiso con Joshua. Como saben... Ese no es el motivo principal, sino... La recaudación de fondos para los chicos de la calle.
Habló deteniéndose en el último escalón, a una distancia prudente de la gran cantidad de invitados aglomerados en el recibidor. La mirada de todos ellos se volvió brillante, el sadismo brillando en las pupilas que quería arrancar con sus propios dedos.
- Por favor, dejen sus abrigos, bolsos, sombreros y bastones con los porteros, se harán cargo cuidadosamente de ellos.
En ese instante, su prometido bajó las escaleras con el porte y elegancia que solo él podía transmitir, la sonrisa sensual matizada con dulzura fue dirigida a todos mientras los miraba uno a uno, Jeonghan podía escuchar perfectamente sus pensamientos; pobres tontos fuera de lugar, tan desnudos a mis ojos.
ESTÁS LEYENDO
There's a Good Reason These Tables Are Numbered. |JIHAN
FanfictionJeonghan organizó un delicioso banquete de venganza... Donde su amado demonio Joshua terminó degustando un festín. 𔓘 ⚘ Joshua Top! ⚘ Oneshot que consta de 1479 palabras. ⚘ Lemon, sadismo, muerte... Encantador. ⚘ Jeonghan, Joshua... Qué divinos. ⚘ P...