Día de lluvia

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Ese día Pat había salido tarde de sus clases, el día no le acompañaba, lloviendo desde temprano.
Esperaba que la lluvia se detuviera para no mojarse, pero no espero ni diez minutos cuando decidió regresar corriendo, en esos momentos solo deseaba llegar a su casa y poder relajarse tomando una buena ducha y acostarse a dormir. Pero allí se encontraba todavía con el ascensor detenido antes de llegar a su piso, junto a su vecino y el empapado de pies a cabeza.
Un corte de luz había detenido el ascensor al segundo de que ellos habían subido a este, ahora se encontraban iluminados por unas luces rojas de emergencia ubicadas dentro del ascensor.

-Debería haber tomado las escaleras - se lamentó Pat mientras tocaba la alarma del ascensor.

-Deberías haber llevado un paraguas - le dijo Pran a su lado mientras le mostraba el suyo.

-Claro, crees que soy adivino y que sabía que iba a llover?

-Supongo que no lo sabías, o hubieras llevado un paraguas - se burló Pran.

-Achus! - estornudó Pat.

-Estas todo mojado, te vas a resfriar - comentó casualmente Pran.

-Si, y aquí adentro hace mucho frío.

-Tienes frío? Yo estoy bien, incluso diría que hace bastante calor aquí.

-Seguramente no sientes el frío porque no estás mojado.

-Venga quitate eso.

-De qué hablas?

-Quitate esa remera, no puedes estar con esa ropa mojada. Vamos, quitatela - demandó Pran.

-Y quieres que me quedé desnudo? Moriré de frío con o sin la ropa, y espero estar vestido si es que muero aquí.

-Vamos! Hazme caso, no te quejes y quitatela. A-ho-ra

-Vale. Vale... - Pat se quitó la musculosa, mientras Pran se sacó su suéter y se lo dio.

-Ponte ésto

-Gracias - dijo Pat mientras se colocaba el suéter. - Ahora me siento mejor, y además huele tú ropa huele tan bien.

-Deja de oler mi ropa, quieres?

-Pero es verdad, tú ropa huele realmente bien.

Al cabo de media hora la luz se restableció y el conserje del edificio les abrió la puerta.
Cuando Pat llegó al frente de su puerta su cabeza dolía fuertemente.

Pran lo vio moverse lentamente en busca de sus llaves y ni siquiera le dedicó una mirada o un saludo de despedida al entrar a su departamento como solía hacer. Eso le pareció extraño, pero decidió no darle más vueltas y entrar a su habitación de una vez por todas.

Pat tiró sus pertenencias a un lado antes de balancearse hacia su baño, se quitó el suéter con sumo cuidado y lo dejo colgado detrás de la puerta del baño, quitándose el resto de la ropa y tirándola en una esquina se metió debajo de la ducha, dejando que el agua templada lo relaje un poco. Su cabeza aún no dejaba de dolerle y sentía que en cualquier momento el cansancio que tenía lo haría caerse. Así que sin más salió de la ducha, se cambió y se acostó en su cama.

Pran terminó de cocinar y se disponía a servirse su comida, pero su mente aún seguía puesta en como vio a Pat por última vez. Debía reconocerse a si mismo que la sopa que acababa de hacer no la había hecho para él. Nunca cocinaba ese tipo de comidas por más que lloviera o nevara, a menos que se encontrara enfermo. Suspirando pesadamente sirvió un tazón grande de la sopa de verduras y salio al pasillo aún pensando en que le diría a Pat.
Golpeó varias veces la puerta pero no escuchaba ningún sonido, así que tomo el celular de su bolsillo y marcó a su número. Después del tercer tono por fin contestó.

-Mmm - fue lo único que escuchó cuando atendió.

-Pat, estás adentro? Ábreme, estoy afuera.

-Vete, otro día hablamos - respondió adormilado.

-Necesito que me abras ahora, te espero aquí, no tardes - dijo Pran antes de colgar.

Después de unos largos minutos por fin la puerta se abrió. Dejando ver a un muy cansado Pat que se apoyaba sobre el marco de la puerta para no caerse.

-Habla - le dijo seco Pat.

-Te encuentras bien?

-Mmm - contestó Pat mientras sus ojos se iban cerrando.

-Te he traído... - pero antes de que Pran pudiera acabar de decir lo que había ido a hacer pudo ver cómo Pat perdía la estabilidad y se caía al suelo. - Pat! Pat! Diablos Pat! - se desesperó Pran mientras dejaba el tazón con la sopa a un lado y entraba rápidamente al interior del departamento de Pat.

Al verlo inconsciente lo llamo por su nombre varias veces, pero al no contestar, le tomo la temperatura con su mano "diablos, estás ardiendo" se dijo así mismo, así que lo levantó y lo llevo hasta su cama, lo arropó y fue hasta su departamento a conseguir unos medicamentos y unos paños que tenía guardado en su habitación. De regreso cerró su puerta y agarro el tazón del pasillo. Entró y cerró la puerta mientras decidía que hacer primero.
Fue a la cocina de Pran y agarro un recipiente que lleno de agua y unos hielos, lo dejo sobre la mesita junto a la cama de Pat y regresó con la bolsa de medicamentos y un vaso de agua en una mano y el tazón de sopa en la otra.

-Pat. Pat despierta - le hablaba dulcemente sentado al borde de la cama, mientras le colocaba el paño mojado sobre la frente. - Pat, tienes que tomarte la medicina.

-Mmm, no quiero mamá - murmuró con los ojos cerrados y el ceño fruncido.

-No soy tu mamá Pat, soy Pran. Vamos levanta - dijo gentilmente mientras lo levantaba de la nuca. - Primero tienes que tomarte la sopa para que no te siente mal el medicamento. - Pran acercó una cucharada de la sopa a sus labios y después de probarlo Pat abrió apenas sus ojos. - Te gusta? - preguntó Pran.

Pat asintió apenas una vez y espero con la boca abierta por más de aquella deliciosa comida.
Después de unas cucharadas más Pran acercó una pastilla a los labios de Pat y después le acercó el vaso con agua para que así pudiera tragar la pastilla sin problemas.

-Ahora puedes dormir tranquilo, yo me quedaré aquí cuidándote. - le dijo mientras lo volvía a arropar bien y se sentaba en una silla frente a su cama.

Aquella sería una noche difícil para Pran.

El secreto de nuestro amor (Pat x Pran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora