C I N C O

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Capítulo cinco:
«Dragones»
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Sus palabras hacían un terremoto en mi mundo cada vez que se repetían en mi mente.

—¿A quién convenciste?

   Cuando le pregunté tenía la esperanza de haber oído mal pero era una verdad innegable, por más que me negara aceptarlo yo estaba del todo segura de que no había escuchado mal ni tergiversado en el mensaje para que existiera tal confusión.

   Matt no había dicho alguna palabra que pudiera confundirse con ese nombre, tampoco había ruido en las calles crearan una distorsión que le permitiera  a mi adolorida cabeza malinterpretar su mensaje. Él había vendido nuestras almas a los diablos de la ciudad ¿Pero para qué? ¿Para cumplir una promesa que le hizo a su hermana?  Sí era eso me parecía poco lógico puesto a que sabía de primera mano que Dove y Matt no eran muy unidos, entre ellos había mucho rencor por  temas familiares que no comprendía ni me concernían del todo.

   Fui estúpida pero quise pensar que él estaba cansado de la vida llevaba, que ya no soportaba que las chicas de Bruno lo miraran siempre suplicando por su ayuda o por ser el perro fiel de ese muchacho, en el fondo deseé creer que Matt tenía un lado bueno que anhelaba salir a la luz y hacer justicia por todas las chicas que habían sido maltratadas física, sexual y psicológicamente pero si aquello era cierto ¿Por qué había esperado tanto tiempo?  ¿Por qué me había salvado a mí y no a su hermana meses atrás? Tenía tantas preguntas que hacerle pero no sabía por dónde empezar.

   Además, el rubio no dijo ni hizo nada para responder mi pregunta, solo mordía con fuerza su labio inferior. Ese gesto lo identifiqué como una mueca que delataba su gran nerviosismo porque Duv siempre que se quejaba de su hermano criticaba todo de él, hasta los gestos que hacía en ciertas situaciones ya que algunos le producían irritación, era algo ridículo pero Matt tenía algo que la hacía rabiar hasta mas no poder, por ella podía identificar cuando  su hermano estaba nervioso o ansioso.

   La chica de mancha roja decía que mordía sus labios al punto de hacerlos sangrar. No obstante, desde que lo conocía esa había sido la única vez que lo veía en ese estado de puro nerviosismo, las marcas de sus dientes habían quedado dibujadas en sus labios y pasaba sus manos por su cabello en varias ocasiones. Matt se veía más desesperado que yo.

¿Le afectó que Bruno estuviera muerto?

Era una posibilidad, Bruno era un Salvatore, su padre era un hombre despiadado que sin temblarle el pulso había matado  a sus enemigos o cualquiera que le estorbara en sus planes de ser el tiburón más grande en los bajos mundos.

   Su apellido había traído una ola de violencia a la ciudad porque les había quitado terreno a varios criminales y comerciantes para sus labores. Sobre todo,  aunque había conducido a su hermana a la muerte; eran amigos o al menos parecían serlo. Matt tenía razones para vengarse, pero otra vez volvía a preguntarme el por qué había esperado tanto.

   La situación era grave, demasiado para que alguien como Matt actuara de esa forma, no sabía ni podía imaginar quién o qué estaba detrás de todo esto, solo podía apostar que había sido algo muy malo porque  la confianza, la  frialdad y arrogancia que caracterizaban al rubio brillaban por su ausencia en esas estancias, porque de manera honesta solo estaba viendo el lado más humano de ese chico. Más cuando algunas pequeñas lágrimas habían caído de sus ojos al estar mirando fijamente a la nada o al cadáver de quien decía ser amigo.

—¿Estás bien? —Cuestioné, sin querer acercarme mucho a él para darle apoyo emocional.

   Pensaba que estaba en ese estado tan lamentable por Bruno y de alguna forma lo veía como un hipócrita por llorar una  muerte que el mismo ejecutó, por lo tanto estaba intentado ser lo más cuidadosa posible.

Evil may LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora