- Tentador ¿no?
- ¿A qué te refieres?
- Mirar el acantilado, pensar en lo fácil que sería acabar con todo de una vez.
- Lo sé, cada noche pienso en ello.
- ¿Qué te detiene?
- Bueno, a veces antes de saltar, miro al cielo y veo la luna, despampanante, majestuosa, de infinita belleza y sin darme cuenta paso toda la madrugada deleitándome la vista, con un ligero susurro al oído, proveniente del viento, diciendo, no estás sola.
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Charlas internas
Short StoryY vuelvo aquí a desahogar la melancolía entre letras y sacarla del mar de lágrimas en el que estaba, el mar de recuerdos y un tormento de fantasías que de su mundo jamás pasarán a la realidad.