Capítulo 1.

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____ oyó el teléfono antes de llegar a la puerta de la oficina. Subió corriendo los dos últimos escalones y abrió la puerta. Como se temía, la oficina estaba vacía, lo que significaba que Lily llegaba tarde de nuevo, y tendría problemas con el jefe si ____ no la salvaba. Casi se lanzó a cruzar la habitación para descolgar el receptor.

-Ibarra PLC -entonó en su tono más eficiente-. ¿En qué puedo ayudarle?

-Soy el señor Palacios, para devolver la llamada del señor Ibarra.

____ tragó saliva. Sólo llevaba trabajando allí dos meses, pero sabía que Pedro Palacios era uno de los mejores clientes. Erick Ibarra estaba negociando un contrato muy importante con él y era vital contestar al teléfono. Apretó el interruptor de la oficina del señor Ibarra y anunció:

-El señor Palacios quiere hablar con usted.

-Bien, traiga esas cifras enseguida -fue la brusca respuesta.

-Eh... ¿cifras?

-Las cifras que le dije que calculara para que estuvieran listas para cuando llamara.

Erick Ibarra estaba convencido de que estaba hablando con Lily y y parecía impaciente.

____ miró a su alrededor con frenesí. Su vista se posó en una carpeta que había encima de la mesa de Lily y respiró de nuevo.

-Ahora mismo, señor Ibarra.

Atravesó la oficina para encontrar a su jefe todavía al teléfono. Extendió las manos para recoger los papeles sin mirarla y ____ se alejó lanzando un suspiro de alivio y rogando porque Lily llegara pronto.

Como secretaria jefe de Erick, se suponía que Lily debía llegar a las ocho y media de la mañana, pero dos semanas atrás había tenido una rotura emocional con su novio que la había dejado alterada y deprimida. ____, que empezaba a las nueve, había empezado a ir pronto para cubrirla en caso de que hiciera falta. Le caía bien

Lily también le había suavizado el camino a ella con el super exigente de su jefe. Además de eso, ____ sabía escuchar y Lily le había relatado sus problemas con toda libertad, ganándose la simpatía de ____.

Sin embargo, Erick era más difícil que cayera bien. Era posible admirar a un hombre que había creado por sí mismo una empresa a los treinta y cinco años. Pero era difícil admirar un hombre que no solía mirar a los ojos a sus empleados y que esperaba de ellos la eficacia propia de los robots. Sus ojos oscuros dominaban una cara que hubiera sido atractiva si se iluminara un poco con una pequeña sonrisa. 

Su potente memoria y mente ordenada le habían permitido mantener el ritmo de trabajo e incluso cubriría a Lily durante aquel mal momento, pero le costaba un esfuerzo. Miró al reloj con nerviosismo. Probablemente, Lily se habría pasado la noche llorando y después, se habría quedado dormida, pero Ercik Ibarra no sentiría ninguna compasión por ello. Estaba mirando la mesa de Lily intentando adivinar qué petición le haría después cuando el megáfono se encendió y ladró una voz.

-Venga aquí. Tiene que tomarme unas notas.

Inspirando con intensidad, entró en la oficina. La cabeza de su jefe estaba inclinada sobre los papeles, en los que estaba tomando notas.

-He cambiado ligeramente las cifras y he eliminado la cláusula ocho del contrato, así que tendrá que alterar eso también. Imprima esto por triplicado y envíe una copia al cliente -tachó algo en la lista-. Cuando lo haya hecho, le daré unas cartas que debe enviar urgentemente... ¿Quién es usted?

Al final, alzó la cabeza para mirarla con el ceño fruncido.

-Soy ____ Elizondo. La asistente de Lily desde hace dos meses.

Lo mejor de una boda (Erick Ibarra y tú.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora