Park Seongji creía que Yang Jungwon estaba enamorado de Nishimura Riki.
Yang Jungwon creía que Park Seongji estaba enamorada de Nishimura Riki.
Nishimura Riki solo existía sin saber que pasaba.
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17 / 15 years. present.
Unos golpes en la ventana hicieron que Seongji despertara de su cálido sueño.
Se quejó removiendose entre las sábanas volteandose a la ventana y no le fue ninguna sorpresa ver a un Ni-ki parada en su balcón haciéndole señas que abriera la puerta corrediza.
Cansada suspiró y se levantó para abrirle al pequeño rubio teñido.
Nishimura Riki había empezado su etapa de adolescente rebelde.
- ¿Qué haces aquí tan tarde, Ni-ki? Son las 2 a.m -. Susurró adormilada.
- Perdón noona, quería venir a dormir contigo -. Susurró de igual forma.
- ¿Por qué? Jungwon vive más cerca, es peligroso que andes tan tarde en las calles -. Dijo ella volviendo a su cama.
- Yo no quiero a hyung, yo quiero a noona -. Respondió el menor haciendo pucheros.
- Como sea, ven a dormir. Mañana hay escuela -. Palmeo un lugar a su lado en la cama.
El menor contento quitó sus zapatos y su abrigo para acostarse junto a la mayor. Entrelazaron sus brazos y piernas para darse calor mutuo y cayeron en brazos de morfeo.
Y no fue sorpresa para la madre de la mayor encontrar a un pequeño rubio entre los brazos de su hija en la mañana.
Negó divertida mientras se recostaba en el marco de la puerta, solo quería ver el griterío que se armaría cuando Jungwon llegara a despertarla y verla con el rubio dormidos muy plácidamente.
Rió en sus adentros hasta que escucho el timbre, dejó la puerta entre abierta porque sabía de quién se trataba.
A la señora Park le gustaba ver el mundo arder pero no arder en el.
- Jungwonie querido, pasa -. Dijo ella al abrir la puerta encontrándose al pelinegro con su uniforme bien puesto y perfumado con una fragancia masculina muy suave pero a la vez escandalosa.
- ¡Buenos días sung-mo! -. Saludo enérgico.
- Seongie está arriba durmiendo aún, puedes ir a despertarla mientras preparo el desayuno -. Sonrio la mujer amablemente.
- Uh~ Bien iré a despertarla.
La mujer asintió y el pelinegro subió por las escaleras. Abrió la puerta entre abierta de la fémina y se encontró al menor escurridizo y a la chica abrazados muy juntos enrollados tal cual burritos.
