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La cosa detrás de la puerta solo lo observaba y golpeaba con insistencia.

Baji sentía que no podía moverse, quería pero no podía, quería correr a la sala de atrás mientras vomitaba en el lavadero pero parecía que sus pies estaban clavado en ese lugar. Apretó sus puños con fuerza, enterrando sus uñas en su piel intentando despertarse e irse de allí, ignorándolo porque sabía que no podía entrar aunque esa cosa lo deseara con todas sus fuerzas.

"Abre."

Mierda. Jadeó con sorpresa, esa cosa le había hablado. Al parecer aquello había sido lo suficiente sorprendente como para que pudiera retroceder un paso, mirando con terror al individuo.

"Abre, por favor." Su voz era agresiva, como si no le estuviera pidiendo amablemente que abriese la puerta para devorarlo, lo estaba demandando.

Que mierda de situación, él no quería establecer una conversación con esa cosa.

"No puedes pasar." Sentenció, sorprendiéndose de que su voz saliera tan fuerte.

"No voy a hacerte nada."Baji mordió su labio tragándose una sonrisa de diversión agria, cuán descarada era esa cosa, mentir tan descaradamente justo en su cara, escrutó con sus ojos al carroñero hasta que sus ojos fueron a sus brazos, ¿eso era un animal?, precia estarlo protegiendo de la lluvia justo debajo de sus chaqueta.

Salto en su lugar cuando esa cosa empujó la puerta con fuerza. "¡Abre la puerta!, si no abres voy a cazarte hasta que logre destrozarte miembro por miembro, bastardo asqueroso. "Siseó entre sus afilados dientes.

"¿Amenazándome harás que abra la puerta?, y un mierda." Relamio sus labios los cuales estaban temblando.

"Solo atiéndelo. ¿Eres veterinario, no?. Hazlo." Exigió, parecía estar perdiendo la paciencia.

Baji observando con más atención, era claramente un gato negro en los brazos de esa cosa.

"Por favor, solo atiéndelo." Suplicó, ahora pudo distinguir el tono de lamento en sus voz claramente. "No quiero que muera."

Vaya estupidez. ¿No eran sus mismos compañeros los que devoraban humanos y animales en las calle?. Entonces escuchó un quejido del animal y los ojos del carroñero fueron a este mirándolo de forma extraña desde la perspectiva de Baji, ¿era tristeza?.

Otro quejido lo sacó de sus pensamientos a patadas.

Entonces por reflejo o memoria muscular se acercó; estúpido , ¿algo estaba mal con él?.

No podía culparse, era un reflejo al ver y oír al gato herido, no importaba que estuviera en los brazos de aquella cosa. Se había roto la espalda y la cabeza estudiando cada maldito año para poder titularse, y cumplir su rol de veterinario como siempre lo deseó, era lo que amaba al final de cuentas. El gato se veía mal, podía ver la sangre y la carne viva del animal.

"Promete que..."Era una petición absurda, calló mordiendo sus labios con ansiedad mientras miraba al gato en un brutal batalla interna entre lo racional, el miedo y su voluntad de que querer ayudar.

"No te haré nada." Sentenció el carroñero anticipando la petición.

Y eso fue todo, desbloqueó la puerta quitando los pestillos para tomar el picaporte, deteniéndose uno segundos meditando su decisión. No debía, podía ser una trampa y estaba cayendo directo en ella. La sangre goteando y mezclándose con las gotas de lluvia dispersaron sus pensamientos y puso su raciocinio a un lado, abrió la puerta encontrándose frente a frente con el carroñero, sosteniendo contacto visual cuando este lo miró directamente a sus ojos, unos ojos rojos pero para nada brillantes como los que estaban en su memoria, elevó sus manos las cuales temblaban acercándose al sujeto rubio para así poder tomar al felino, lo cual hizo con cuidado pero se sobresalto cuando sintió la mano fría envolverse en su muñeca.

505 | bajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora