Capitulo 24

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Café

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El escozor sobre mis ojos provocó que los abriera, después de intentar evitarlo un par de veces, la luz del día que se colaba por la ventana me cegó unos instantes en los que razonaba exactamente qué hacer. Después de sentarme y parpadear repetitivas veces, fui capaz de mirar todo con claridad. Estaba en casa, en mi habitación, todo lucía igual…a excepción de que estaba desnudo y me sentía lleno de energías.

“Ji Yong”

Pasé mi vista por todo el lugar, hasta recaer a mi costado, observando como mi pequeño acompañante seguía durmiendo, sin siquiera inmutarse un poco ante la prominente luz del día.

—Debes estar cansado…—Susurré, acariciando su suave cabello. Una oleada de culpabilidad se instaló en mí y me vi obligado a ponerme de pie adentrándome al cuarto de baño.

Suspiré y, después de vaciar el agua de la bañera, me adentré a la regadera, tenía poco tiempo antes de que Ji Yong se despertara y quería tenerlo todo listo.

—Te has convertido en un completo estúpido, Seung…—Murmuré para mí, mientras el agua caía libremente sobre mi cuerpo.

Después de una ducha rápida y vestirme con lo primero que encontré, me dirigí a la cocina buscando cualquier ingrediente que me ayudara a preparar algo comestible para Ji Yong.

A penas comencé a picar un poco de fruta, se escuchó el agua de la regadera caer, avisándome que Ji ya había despertado. Comencé a ponerme nervioso inevitablemente, sintiéndome estúpido. La tetera comenzó a sonar con aquel ruido tan característico, aumentando mi nerviosismo, rápidamente cerré la llave de la estufa y vertí el agua hirviendo en una taza.

—Bueno…no debe ser tan difícil…—Me animé, tomando entre mis manos uno de los tantos frascos de café instantáneo que tenía Ri guardados, leí las instrucciones con atención y seguí cada uno de los pasos con sumo cuidado e interés.

—Sólo alguien tan tonto como tú necesita leer instrucciones de cómo preparar una taza de café. —Mi corazón dio un vuelco y latió con fuerza al sentir los brazos de Ji Yong rodear mi cintura, abrazándome con ímpetu.

Sonreí y me giré, sin romper el contacto. Me encontré con un Ji recién bañado despidiendo olor a vainilla. Aparté algunos mechones mojados de su frente y acaricié su mejilla.

—Esta es la primera vez que preparo café…—Intenté seguir respirando al percatarme de que Ji Yong no vestía nada más que una de mis camisas, incluso dudaba que trajera calzoncillos.  —Te resfriaras si no vistes algo más. —Su sonrisa traviesa se hizo presente, completamente satisfecho.

—No lo creo, el día parece estar muy cálido. —Me abrazó una vez más con fuerza. —Buenos días, hyung.

—Buenos días, mi amor. —Su expresión al verme era un poema, sus dulces ojos brillaban con inocencia y sus delgados labios se curvaron en una tímida sonrisa. — ¿Estas bien? —Le cuestioné, rodeándole yo también con mis brazos. La culpabilidad volvía  a mí.

—Mejor que nunca. —Asintió, apoyándose sobre las puntas de sus pies para depositar un tierno beso sobre mis labios. —Entonces… ¿Has preparado café para mí? —Volvió a sonreír. Yo sólo asentí y le ofrecí la taza, la cual Ji Yong tomó y comenzó a caminar hacía la sala, siendo seguido por mí.

—No te garantizo que sepa bien…—Le advertí, justo antes de que le diera el primer sorbo. Ignorándome bebió y pasado algunos segundos sonrió más ampliamente.

—Es amargo…

—Iré por más azúcar. —Me apresuré a decir, pero me detuvo de inmediato.

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